La inestabilidad en la región andina: la visión del Departamento de Estado. Inquietud en EE.UU. por Bolivia y Venezuela
La fragilidad institucional en La Paz y el clima de confrontación política en Caracas, las mayores preocupaciones de Washington
WASHINGTON.- La fragilidad institucional en Bolivia y el clima de confrontación política en la Venezuela de Hugo Chávez son las mayores preocupaciones del gobierno estadounidense en la convulsionada región que integran los países de la Comunidad Andina, según una evaluación hecha ayer en esta capital por un destacado funcionario del Departamento de Estado norteamericano.
También la renovada ofensiva boliviana por recuperar una salida al mar despierta preocupación en Washington, pero el asunto es considerado una cuestión de orden "fundamentalmente bilateral" entre los gobiernos de Bolivia y Chile, en la que Estados Unidos está dispuesto a apoyar cualquier decisión si previamente hay "un entendimiento de principio y real entre los países involucrados".
Así lo expresó Phil Chicola, director de la Oficina de Asuntos Andinos del Departamento de Estado, que repasó el panorama general de la situación en los cinco países asociados en la Comunidad Andina (Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela), durante un encuentro en el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS, en inglés), un influyente think tank de Washington.
Acerca de Bolivia, Chicola recordó: "Tenemos un gobierno elegido que ha caído ante las manifestaciones de fuerzas antisistema", en referencia a la renuncia, en octubre pasado, del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada a raíz de los violentos disturbios durante el así llamado "octubre rojo".
"Ese gobierno -indicó el diplomático- fue seguido por un nuevo presidente que, no sé si con las uñas o los tobillos, se mantiene en el poder y parece bastante popular, con un 65% de aprobación", en alusión al actual jefe del Estado, Carlos Mesa.
"Después de más de 90 días, yo creo que ese gobierno va a sobrevivir por muchos y buenos meses más", dijo.
"Estamos trabajando con el presidente Mesa y estamos haciendo todo lo posible para que tenga éxito", señaló Chicola. No se refirió al dirigente cocalero Evo Morales, que lideró una férrea oposición al gobierno de Sánchez de Lozada, pero agregó, en una declaración que hizo extensiva a toda la región: "Nosotros no podemos resolver sus problemas, no podemos sustituir la voluntad de sus pueblos y sus gobiernos por nuestra voluntad. Ellos tienen que encarar sus problemas; nosotros podemos ayudarlos a hacerlo".
En cuanto a Venezuela, el jefe de la diplomacia norteamericana para la región andina fue directo: "Estamos preocupados; se ha estado generando una crisis política en el país por casi cuatro años, desde la elección del presidente Chávez".
"Ahora hay un proceso constitucional en marcha que permite a la gente cambiar de parecer", dijo Chicola, en alusión al referéndum para revocar el mandato presidencial, para el cual la oposición recogió varios millones de firmas aún pendientes de aprobación. "Confiamos en que el pueblo tomará la decisión correcta cuando se hayan dado los pasos correctos", añadió. Estados Unidos nunca ocultó su antipatía por el presidente venezolano.
Chicola también repasó la situación en Perú y en Ecuador, de los cuales señaló: "No percibimos amenazas a la estabilidad democrática". Y se refirió a Colombia, país que durante largo tiempo fue el foco de mayor preocupación de Estados Unidos en la región. "Creemos que estamos dando vuelta a la esquina en la lucha contra la insurgencia y la producción de drogas", dijo al respecto.
Un panorama mucho más preocupante había trazado días atrás un informe del Consejo para las Relaciones Exteriores, de Washington, una institución independiente y muy respetada de la diplomacia estadounidense. En un informe de 120 páginas, advierte que "la región andina de América latina está en peligro" y llama al gobierno norteamericano a hacer un giro estratégico en su política hacia estos países. De otro modo, señala, "el colapso de los gobiernos andinos es bastante más probable".
"Miopía" norteamericana
Difundido justo antes de la reciente Cumbre de las Américas en Monterrey, México, el documento critica la "miopía" de la política norteamericana hacia esta región, que pone demasiada atención y recursos en la lucha antidrogas y descuida problemas sociales quizá más acuciantes, como el desarrollo económico, la exclusión social o la gobernabilidad.
Más aún, el informe advierte que estos cinco países andinos corren el riesgo de "fracasar" como Estados. En sus primeras páginas afirma que que "cada nación en la región andina es, en diverso grado, o bien fallida o potencialmente fallida".
A esta situación se refirió ayer Peter Romero, subsecretario de Estado durante la gestión de Bill Clinton, que observó que "lo que está haciendo Estados Unidos en esta región no alcanza".
A su entender, salvo en Colombia, en estos países "hay una crisis de confianza en los gobiernos, que son el resultado de la desilusión de los electores con las elites tradicionales. Lo que hay que hacer es recrear las estructuras partidarias y destinar fondos a la formación de nuevas clases dirigentes, con capacidad de gestión", dijo Romero.
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