Inquietud y temor entre los líderes por una escalada de la crisis

PARÍS.- Para la mayoría de los líderes mundiales, el asesinato de Qassem Soleimani probablemente haya dado un golpe mortal al frágil equilibrio geopolítico de Medio Oriente y a la esperanza de mantener con vida el acuerdo nuclear de Occidente con Irán.

Esas preocupaciones fueron expresadas en voz baja en todas las capitales europeas durante las últimas 24 horas, mientras sus respectivos responsables políticos conminaban públicamente a todas las partes implicadas a "evitar una escalada de la crisis". Un llamado que aparentemente cayó en oídos sordos en Teherán, que anunció su intención de responder a la agresión.

El presidente francés, Emmanuel Macron, habló con su par ruso, Vladimir Putin, con quien acordó "permanecer en estrecho contacto para evitar un peligroso aumento de tensiones y llamar a todas las partes a la prudencia", precisó el Palacio del Elíseo en un comunicado. A su vez, Rusia dijo que ambos estuvieron de acuerdo en que "la acción de Estados Unidos podría provocar una seria escalada de tensiones en la región".

Sin sorpresa, los ataques fueron condenados con energía por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, gran aliado de Irán en Siria. Moscú calificó de "insensato" el asesinato de Soleimani. Su titular, Serguei Lavrov, citado por las agencias RIA Novosti y Tass, afirmó que Soleimani "servía con fidelidad" los intereses de Irán. "Presentamos nuestras sinceras condolencias al pueblo de ese país", agregó.

Pekín también criticó el uso de la violencia en las relaciones internacionales. "China llama a los países concernidos -especialmente a Estados Unidos- a mantener la calma y evitar toda escalada", dijo en un comunicado.

El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, declaró haber hablado ayer con sus pares alemán, británico y chino, para asegurarles que Estados Unidos trataba de calmar la crisis.

El esfuerzo no parece haber dado frutos ante el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, que fue el más crítico entre los europeos.

"La operación militar norteamericana se produjo después de una serie de peligrosas provocaciones de Irán. No obstante, esa acción no ayudó para nada a distender las tensiones. Se lo dije claramente a Pompeo", escribió en un tuit.

En una declaración que no condenó, pero tampoco avaló el asesinato de Soleimani, su homólogo británico, Dominic Raab, dijo: "Siempre reconocimos la agresiva amenaza que representan las fuerzas de la Guardia Revolucionaria dirigidas por Soleimani. Después de su muerte, conminamos a todas las partes a evitar el aumento de la tensión".

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, también lanzó un llamado a la calma: "El ciclo de violencia, de provocaciones y represalias debe cesar" en Irak, dijo en un tuit quien preside la instancia que representa a los 28 Estados miembros de la UE.

Respaldo

Sin sorpresa, el mayor apoyo a la acción decidida por Donald Trump llegó del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que consideró que "Estados Unidos tiene el mismo derecho que Israel a defenderse".

En Medio Oriente, la mayoría de los Estados pronorteamericanos del Golfo apoyaron moderadamente la acción decidida por la Casa Blanca. No sucedió lo mismo con el presidente sirio, Bashar al-Assad, que recibió una ayuda crucial de Soleimani durante su combate contra las fuerzas rebeldes. "El recuerdo del mártir Soleimani quedará para siempre en la memoria de los sirios", declaró.

Por su parte, todos los responsables políticos iraníes juraron vengar el asesinato del jefe de la poderosa Guardia Revolucionaria. "No hay ninguna duda de que Irán y las otras naciones en busca de libertad en la región vengarán a Qassam Soleimani", advirtió el presidente Hassan Rohani.

Según los especialistas, este asesinato beneficiará políticamente a los sectores más extremistas en las próximas elecciones parlamentarias del 21 de febrero.