La violencia en Irak. Interviene en Najaf el máximo líder chiita
Viaja a la zona tras regresar de Londres
NAJAF (AFP).- El gran ayatollah Alí Sistani, figura del chiismo moderado, regresó ayer a Irak para intentar resolver la crisis de violencia en la ciudad santa de Najaf, donde los milicianos del clérigo radical Muqtada al-Sadr seguían atrincherados en el mausoleo del imán Alí, cercados por tropas y blindados de los Estados Unidos.
"He vuelto por la crisis en Najaf", dijo Sistani, el principal dignatario chiita en Irak, quien tuvo un recibimiento triunfal en Basora, al sur del país, y viajará hoy a Najaf, según su vocero en Londres, donde el ayatollah de 73 años ha pasado las últimas tres semanas por razones médicas.
Según un dignatario chiita que no quiso ser identificado, Sistani tiene un plan de tres fases para solucionar la crisis: primero, que las fuerzas extranjeras abandonen Najaf y sus alrededores; segundo, que se eliminen todas las armas de la ciudad santa, lo que significa que el Ejército de Mehdi de Al-Sadr abandone el mausoleo del imán Alí y Najaf; por último, que se respete la ley, lo que supone el desarme de la milicia.
Mientras el primer ministro Iyad Allawi daba "la bienvenida" a Sistani "con el alma llena de alegría", Al-Sadr decidía la suspensión de "todas las operaciones militares en el sur de Irak (...) y en las provincias que atraviese el ayatollah" camino de Najaf, declaró uno de sus voceros, el jeque Aws al Jafaji, aunque no explicó si esa tregua también afecta a Najaf.
Ayer, la relación de fuerzas en la ciudad santa era claramente favorable a las tropas estadounidenses, que se hallaban a tan sólo 20 metros del flanco oeste del mausoleo del imán Alí, cuando en la víspera estaban a 200 metros. Unas 300 personas atrincheradas en el recinto del lugar santo eran blanco de los francotiradores estadounidenses y era imposible entrar o salir del edificio. Ahmed Chaibani, un vocero de Al-Sadr, admitió que la zona controlada por los milicianos se había "reducido considerablemente" y anunció que seis civiles y milicianos murieron y otros 20 fueron heridos en las últimas 24 horas.
La de ayer fue otra jornada sangrienta en Irak: el ejército estadounidense bombardeó la ciudad rebelde sunnita de Fallujah; hubo cuatro muertos. En Kufa, cerca de Najaf, tres personas murieron y por lo menos 10 fueron heridas por disparos, mientras que un canal de televisión de Turquía informó del secuestro de dos personas de esa nacionalidad, amenazadas de muerte si la empresa para la que trabajan no abandona el país en 72 horas.
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