Investigan por corrupción a un funcionario de Bolsonaro
RÍO DE JANEIRO.- Un posible caso de corrupción golpea al gobierno del presidente brasileño Jair Bolsonaro. La Policía Federal abrió una investigación contra el secretario de Comunicación Social de la Presidencia (Secom), Fabio Wajngarten, luego de que días atrás el diario Folha de São Paulo revelara que el funcionario recibe dinero de la secretaría a través de empresas contratadas por el organismo.
La apertura de la pesquisa, reportada por Folha y confirmada por LA NACION, responde a un pedido del Ministerio Público Federal formalizado el 28 de enero. La policía investigará los posibles delitos de corrupción pasiva, peculado y negociaciones incompatibles con la función pública, y el caso se mantendrá bajo secreto de sumario, según confirmaron las autoridades.
Folha había reportado que Wajngarten recibe, por medio de una empresa de la que es socio, dinero de emisoras de televisión y agencias de publicidad contratadas por la propia Secom y también por distintos ministerios y empresas estatales del gobierno de Bolsonaro.
Wajngarten, que tomó el timón de la Secom en abril de 2019, es socio del 95% de una empresa llamada FM Comunicaçao e Marketin, contratista del gobierno, según Folha. La empresa hace estudios de medios, incluyendo la verificación de que piezas publicitarias sean efectivamente divulgadas.
La Secom es el organismo responsable por la distribución de la pauta oficial. El año pasado gastó cerca de 50 millones de dólares en campañas, aunque no se conoce con exactitud qué parte de ese dinero habría acabado en manos de la empresa de Wajngarten.
La ley de Conflicto de Intereses prohíbe en Brasil a integrantes de la cúpula gubernamental mantener negocios con personas físicas o jurídicas que puedan ser afectadas por sus decisiones. Wajngarten negó los cargos y se mostró confiado en que el avance de la investigación probará su inocencia, según dijo en una nota enviada a LA NACION.
"Será la oportunidad que tendré de probar que no cometí ninguna irregularidad en mi gestión. No hay ninguna relación entre la liberación de dinero publicitario del gobierno y los contratos de FW", dijo el funcionario, quien niega mantener vínculos con la empresa.
La casa de gobierno, en tanto, acompañó la noticia en silencio. Buscado por LA NACION, el vocero de la presidencia dijo que Bolsonaro no se manifestaría.
El mandatario, que durante casi tres décadas fue un legislador del denominado "bajo clero" en el Congreso por poco protagonismo, llegó a la presidencia surfeando el Lava Jato.
Mientras la mayor investigación por corrupción en la historia brasileña ponía contra la pared a cientos de políticos y empresarios, Bolsonaro se presentó como un outsider capaz de barrer con la corrupción generalizada y recuperar la grandeza del mayor país de la región.
Muchos de sus seguidores, además de acompañarlo por su campaña antiizquierdista, vieron una figura que curaría a Brasil de supuesta una corrupción endémica.
Las sospechas de corrupción, que ya se cernían sobre miembros de su familia y del Partido Social Liberal (PSL) por el cual llegó a la presidencia, vuelven a posarse sobre un funcionario de su gobierno.
Ante lo ojos de sus seguidores, Bolsonaro parece seguir indemne. Según una encuesta publicada por la consultora CNT a fin de enero -que reportó una suba en la popularidad del presidente- el combate a la corrupción continúa siendo el área mejor evaluada de su gestión, por sobre la economía y la seguridad.
El presidente intentó hasta ahora blindar a Wajngarten. Cuando las sospechas fueron publicadas por Folha, dijo que el jefe de la Secom era un "excelente profesional" y atacó a un periodista. "¿Vos estás hablando de tu mamá?", atinó a responder un irritado Bolsonaro cuando le preguntaron por el caso.
Contradicciones
El presidente mostró señales contradictorias en cuanto a la tolerancia frente a sospechas de desvíos de dinero o mal uso de fondos públicos por parte de miembros de su gobierno.
La semana pasada despidió al vicejefe de la Casa Civil por haber utilizado un avión militar para viajar a la India, en un hecho que consideró "inmoral", aunque no se tratase legalmente de un delito.
En octubre pasado, en tanto, el ministro de Turismo, Marcelo Álvaro Antonio, fue denunciado por el Ministerio Público de haber liderado un esquema de desvío de fondos públicos electorales en el PSL en Minas Gerais. Antonio continúa en el cargo hasta hoy.
El mayor dolor de cabeza sigue siendo la investigación en curso sobre su hijo Flavio, senador federal, por un supuesto esquema en el que empleados le devolvían dinero de sus salarios cuando era concejal de Río de Janeiro.
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