Irán y las sanciones, un juego del gato y el ratón
SINGAPUR.- Apenas antes del mediodía de un sábado húmedo y nublado de este mes, un camión cargado de dos contenedores blancos esperaba en el punto de control para que le permitieran salir del puerto de Singapur. En los contenedores se leía Irisl en brillantes letras rojas, iniciales de la línea de carga de Irán, que ha sido incluida en la lista negra por las Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea.
Anclado desde ese mismo día frente a las costas de la isla de recreo singapurense de Sentosa, el barco carguero Valili también estaba repleto de cajones de Irisl. Unos pocos kilómetros al Este, otro barco de carga, el Parmis, también transporta cajones de Irisl. Los datos de los movimientos de carga muestran que el Parmis llegó a aguas de Singapur desde el puerto de Tianjin, en el norte de China.
Los barcos y contenedores son elementos clave de un juego internacional del gato y el ratón, en el que Irán intenta evadir las sanciones comerciales que cierran su cerco sobre ese país. Washington y las capitales europeas buscan detener o debilitar el programa nuclear de Irán. Creen que la Línea de Carga de Irán (Irisl), que transporta alrededor de un tercio de las exportaciones e importaciones de Irán, juega un rol fundamental en la estrategia iraní para evadir las sanciones destinadas a detener el movimiento de armas controladas, misiles y tecnología nuclear, desde y hacia Irán.
En junio pasado, la compañía dijo en una entrevista que no existían evidencias que la vincularan con el tráfico de armas. Irán dice que su programa nuclear es pacífico y que Irisl no tiene conexiones con el programa nuclear. También en junio pasado Irán se quejó enérgicamente cuando la Unión Europea se unió a Estados Unidos en el recrudecimiento de las sanciones que prohibían la firma de nuevos contratos con la Irisl. Existe una resolución de las Naciones Unidas que obliga a todos los países a inspeccionar los cargamentos de la Irisl.
Pero en Occidente son muchos los que señalan que la Irisl es la prueba más contundente de la habilidad de Irán para evadir sanciones, ya que la empresa naviera iraní suele hacer que sus barcos cambien de bandera y de dueño oficial.
En el transcurso de los últimos dos años, decenas de barcos iraníes han utilizado Singapur en cientos de oportunidades, haciendo escala allí, por ejemplo, en su camino hacia otros destinos, como China.
En los 48 meses anteriores a la aplicación de las sanciones de Estados Unidos, en septiembre de 2008, la Irisl hizo 345 cambios en su flota, incluyendo nombres, banderas, operadores, administradores y propietarios registrados. En los 40 meses que llevan las sanciones desde su aplicación, se produjeron al menos 878 modificaciones, que incluyen 157 cambios de nombre, 94 cambios de bandera, 122 cambios de operador y 127 cambios de propietario registrado.
Hugh Griffiths, jefe del Proyecto de Evaluación de los Mecanismos contra el Tráfico Ilícito, perteneciente al Instituto de Investigaciones para la Paz Internacional, de Estocolmo, dijo que esos cambios son notorios por su velocidad y su cantidad. Normalmente, el nombre o la bandera de un barco cambian cuando su dueño lo vende, más o menos cada diez años.
"En el caso de Irán, nada de todo eso se aplica, porque son cambios que no reflejan razones comerciales normales, como sería de esperar", aseguró. "En la historia reciente no se registran casos de esta envergadura."
El Parmis y el Valili no operan bajo bandera de Irán, sino de Barbados y de Malta, respectivamente. En los papeles ya no pertenecen a la Irisl, pues ambos cambiaron de dueño, operadores y bandera en el transcurso de los dos últimos años. Pero una cifra exclusiva de siete dígitos, el "número IMO", que identifica a cada barco que existe en el mundo durante toda su vida útil, revela que ambos barcos son naves sancionadas y en definitiva pertenecientes a la línea de carga iraní. Las brillantes letras rojas de los contenedores de la Irisl que transportan esos barcos refuerzan la idea de que siguen perteneciendo a Irán.
El gobierno iraní es un maestro de la supervivencia. Es posible que las sanciones estén perjudicando a los iraníes de a pie -los barcos con granos destinados a la república islámica son desviados, mientras Irán tiene problemas para financiar el abastecimiento de alimentos- pero Teherán suele encontrar la manera de esquivar esos obstáculos.
Incluso a fines de 2010, según el informe de una agencia de inteligencia de Medio Oriente, un comisionado iraní se jactó de que Occidente sólo había descubierto la mitad de las empresas fantasma y testaferros utilizados para ocultar el imperio comercial iraní; las sanciones fueron consideradas "inocuas en los países asiáticos".
La ciudad-Estado de Singapur dejó muy en claro que aplicará las sanciones acordadas en las Naciones Unidas, pero no tomará medidas unilaterales ni suscribirá las que tomen unilateralmente Estados Unidos y la Unión Europea.
Pero los barcos iraníes no sólo burlan las sanciones en Singapur. Desde julio de 2010, cuando la UE impuso sus propias sanciones a la Irisl, 23 barcos iraníes sancionados visitaron 12 puertos europeos, incluyendo 96 escalas en Malta, 14 visitas a Antwerp y 10 a Rotterdam. De igual forma, 48 barcos relacionados con Irán navegan con bandera de Malta y 12, con bandera de Chipre.
Los registros de Malta muestran que a medida que las sanciones se endurecieron los barcos de Irán cambiaron asiduamente no sólo de bandera, sino también de nombre, de propietario y de agente registrado, así como el domicilio de los propietarios y los agentes. Tonio Borg, ministro de Relaciones Exteriores de Malta, dijo que su país estaba dispuesto a quitar el registro a la totalidad de los barcos iraníes sancionados. "Estamos dispuestos a hacer ese sacrificio, siempre y cuando los demás países también hagan el sacrificio. De lo contrario, sería masoquismo", añadió.
Traducción de Jaime Arrambide
Himanshu Ojha, R. Armstrong y S. Grey
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