Israel alista su contraofensiva para minar el pacto con Irán
Netanyahu tiene tres meses para desactivar un acuerdo definitivo, al que califica de "malo"
JERUSALÉN.- El primer ministro de Israel urgió ayer a las potencias a aumentar las presiones sobre Irán durante los próximos meses, cuando termine de cerrarse el acuerdo nuclear alcanzado la semana pasada, que calificó como un marco de trabajo profundamente fallido.
Las múltiples apariciones de Benjamin Netanyahu en la televisión norteamericana durante el fin de semana marcaron el camino de la que se espera como una furibunda campaña de lobby para evitar o reformular un acuerdo que ha criticado de "malo" y de amenaza para la existencia de Israel. Un documento delineado por expertos del despacho de Netanyahu deja entrever los argumentos que piensa esgrimir el líder israelí, que apuntará contra el lenguaje ambiguo del sistema de inspecciones y contra el no abordaje de otros problemas que exceden el plan nuclear.
El acuerdo apunta a frenar el desarrollo tecnológico de fabricación de bombas de Irán y, a cambio, darle a Teherán un alivio de las sanciones internacionales. De implementarse, esos compromisos limitarían significativamente los activos nucleares de Irán durante una década y restringirían otras áreas durante cinco años adicionales.
Netanyahu cree que el acuerdo deja demasiado intacto el supuesto programa nuclear de Irán, y que el inmediato alivio de las sanciones económicas le abriría el camino a la república islámica para desarrollar la capacidad de construir bombas nucleares. También dice que el acuerdo no aborda el apoyo iraní a milicias de varios lugares de Medio Oriente. "No creo que las únicas alternativas sean este mal acuerdo o la guerra. Pienso que existe una tercera alternativa, que implica mantenerse firmes y aumentar la presión hasta alcanzar un acuerdo mejor", dijo Netanyahu en CNN. "Un mejor acuerdo reduciría la vasta infraestructura nuclear de Irán y le exigiría detener sus agresiones en la región, su terrorismo internacional, y sus llamados a aniquilar a Israel."
Netanyahu enfrenta una lucha cuesta arriba en su intento de neutralizar un acuerdo negociado entre seis potencias mundiales (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia, China y Alemania) e Irán. Tras el acuerdo preliminar de la semana pasada, las partes intentarán llegar a un pacto final antes del 30 de junio.
Las críticas de Netanyahu han contribuido a elevar las tensiones con el presidente Barack Obama. El mes pasado, Netanyahu habló ante el Congreso norteamericano y se pronunció en contra del acuerdo, un gesto que molestó a la Casa Blanca por no haberlo coordinado de antemano. En los últimos días, Obama aseguró que el acuerdo protegía la seguridad de Israel e intentó llevar tranquilidad, aunque sin éxito.
El análisis que hace Israel del acuerdo marco plantea 10 inquietudes sobre sus supuestas falencias.
Según un informe norteamericano de la semana pasada que resumía el acuerdo, Teherán está dispuesto a reducir las centrifugadoras, las máquinas que permiten tratar el gas de uranio hasta niveles utilizables para ser usado en cabezas nucleares, y a someter sus instalaciones nucleares a un intenso programa de inspecciones y monitoreo.
Pero el documento de Israel asegura que el programa de inspecciones no es tan exhaustivo como se pretende porque no obliga explícitamente a los iraníes a abrir sus instalaciones "en todo momento y en todo lugar". También argumenta que el acuerdo es vago sobre el futuro de las reservas de uranio enriquecido de Irán, un ingrediente clave para la producción de bombas, o sobre la reanudación de las sanciones en caso de que Teherán viole el tratado.
Si bien el acuerdo implica que en los próximos 10 años Irán no enriquecerá uranio con sus centrifugadoras, permite el uso limitado de éstas para "investigación y desarrollo", según el documento norteamericano. Israel dice que de ese modo Irán podría poner en funcionamiento esas centrifugadoras de inmediato, no bien expire o se rompa el acuerdo.
Israel también quiere que Irán "blanquee" sus intentos pasados de construir un arsenal nuclear. Irán insiste en que su programa nuclear es pacífico, una afirmación ampliamente puesta en duda.
Así como Netanyahu hará lobby contra el acuerdo, también se espera que urja al mundo a tomar acciones también contra las actividades no nucleares de Irán.
Ayer, el premier advirtió sobre el desarrollo de misiles balísticos, con capacidad para portar cabezas nucleares, y sobre el apoyo de Irán a las milicias hostiles en toda la región.
Netanyahu teme que Irán se aproveche de la buena voluntad de la comunidad y la prensa internacionales para avanzar con un programa ilícito de armas, como lo hizo Corea del Norte. El aislado país asiático ha logrado desarrollar capacidad bélica nuclear, a pesar de dos décadas de conversaciones intermitentes con la comunidad internacional y de inspecciones de expertos.
En 2007, Corea del Norte acordó clausurar su principal reactor. En el lapso de dos años detuvo las inspecciones internacionales y reactivó sus instalaciones nucleares.
"El mundo entero celebró el acuerdo con Corea del Norte", dijo Netanyahu. "Y resultó siendo un acuerdo muy, pero muy mal."
Los republicanos quieren votar
- Los republicanos en el Senado norteamericano reforzaron su exigencia de que se permita al Congreso votar sobre un pacto nuclear con Irán, pero indicaron su disposición a esperar a que se selle el acuerdo-marco de la semana pasada.
- "El presidente tiene que vender esto al pueblo y el Congreso tiene que estar involucrado", dijo Bob Corker, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
- Corker no condenó el acuerdo alcanzado por Irán y las potencias en Suiza, pero citó preocupaciones por las cláusulas de inspección y las diferencias de interpretaciones.
Traducción de Jaime Arrambide
David Federman