Israel quiere evitar los rumores
Son frecuentes los informes; los casos de Arafat y Chirac
JERUSALEN (AFP).- Los médicos y las autoridades israelíes no quieren que el primer ministro Ariel Sharon pase a formar parte de la lista de dirigentes rodeados de misterio por sus enfermedades y han decidido comunicar puntual y frecuentemente lo que ocurre en el hospital Hadassah de Jerusalén.
El miércoles, poco antes de la medianoche y media hora después de la admisión de Sharon en el departamento de neurocirugía del centro médico, el hospital informó que el premier sufría un "serio ataque cerebral". Desde entonces, no faltan los partes médicos, los comunicados y las informaciones de los voceros para evitar que circulen rumores. El director del centro, Shlomo Mor Yosef, se comprometió a dar a conocer a la prensa, lo antes posible, cualquier cambio significativo en el estado de salud del paciente.
La situación es exactamente la contraria a la vivida con el dirigente palestino Yasser Arafat, fallecido en noviembre de 2004 en París, después de varios días de hospitalización durante los cuales lo único que pudo saberse, en medio de una lluvia de rumores, era que estaba "estable".
Lo mismo ocurrió con la súbita hospitalización del presidente francés Jacques Chirac en septiembre, debido a un problema vascular de origen cerebral. Durante una semana, el misterio sobre su estado de salud fue total y provocó numerosas críticas en Francia.
El último caso fue el del dirigente argelino Abdelaziz Buteflika, internado varias semanas en París desde finales de noviembre. El mandatario fue objeto de escasos partes médicos muy vagos y divulgados siempre desde Argel, lo cual dio lugar a todo tipo de especulaciones antes de que finalmente apareciera ante las cámaras de televisión.
En el caso de Sharon, con un poco de paciencia incluso es posible llamar a los neurólogos que lo operan, los argentinos Félix Umansky y José Cohen. Además de informar sobre el estado de salud del premier, ellos están dispuestos a explicar detalladamente a un periodista en qué consisten un edema cerebral, la presión intracraneal o una hemorragia residual.
Además, los responsables médicos del centro hospitalario transmiten sus esperanzas, desmienten informaciones dadas por otros expertos sobre el estado de salud de Sharon y comunican los futuros exámenes que planean realizarle.
El viernes, cuando el primer ministro fue operado durante cinco horas de forma inesperada, las decenas de periodistas que esperan noticias fuera del hospital fueron informados oportunamente de la nueva intervención y de su conclusión.
En principio, en Israel nada obliga a un jefe de gobierno a hacer público el resultado de un examen médico, pero Sharon sentó un precedente al dar a conocer el suyo en diciembre pasado, para tranquilizar a sus compatriotas.
Los que iban a ser sus dos principales rivales en las elecciones legislativas anticipadas del próximo 28 de marzo, Amir Peretz, líder laborista, y Benjamin Netanyahu, jefe del Likud, dijeron recientemente que también están dispuestos a publicar cualquier noticia sobre su estado de salud.
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