Italia, preocupada por la fuga de cerebros
En la última década, más de 800.000 personas se fueron del país por falta de oportunidades
ROMA.- Es como si dos ciudades como Florencia se hubieran quedado totalmente vacías. Un nuevo informe del Istat (el Indec local) indicó ayer que en los últimos 10 años más de 800.000 italianos, para ser exactos, 816.000, se fueron a vivir al exterior. Entre ellos, más del 73% tiene 25 años o más, y casi tres sobre cuatro, un nivel de instrucción medio o alto.
El fenómeno de la fuga de cerebros no es nuevo. Se remonta ya a varios años y es efecto de la profunda crisis que vive Italia, económica, sí, pero también social y cultural. El número, sin embargo, cayó como un balde de agua helada y creó alerta. De esas más de 800.000 personas que decidieron armar la valija e irse porque en Italia no encuentran oportunidades debido a desocupación juvenil alta (que casi alcanza el 30%) y la gerontocracia, 182.000 se fueron con un título universitario debajo del brazo. Es decir, se trata de jóvenes calificados cuyo "cerebro" se pierde y esto es, justamente, lo más preocupante.
Según el estudio del Instituto Nacional de Estadísticas de Italia, se trata de una tendencia en aumento. En 2018, al menos 29.000 personas licenciadas se tomó un avión para irse a vivir afuera, en un número que aumentó en un 6% con respecto al año anterior y en un 45% respecto de hace cinco años.
Los italianos que deciden irse al exterior son, en su mayoría, ciudadanos que viven en las ciudades más importantes de la península: Roma, Milán, Turín, Nápoles.
¿Cuál es el destino favorito de los "expats" italianos? El Istat confirmó que en 2018, y pese al Brexit en ciernes, siguió siendo el Reino Unido el país más elegido, seguido por Alemania, Francia, Suiza y España. En estos cinco países europeos se concentra, en efecto, el 60% de los emigrantes italianos. Entre los países extraeuropeos, las principales metas son Brasil, Estados Unidos, Australia y Canadá.
"Me tuve que venir a Inglaterra para conseguir un trabajo estable, poder comprarme una casa y formar una familia", contó a LA NACION Caterina Di Sannio, en diálogo telefónico desde Chester, en el norte de Inglaterra. "En Italia si uno no tiene contactos o sucede un milagro, no hay presente ni futuro", agregó esta psicóloga nacida en Ladispoli, pequeña ciudad litoral que queda al norte de Roma.
Según el ministro de Educación, Lorenzo Fioramonti, que fue un "expat" en Sudáfrica, el fenómeno implica para Italia un daño económico enorme, "de millones de euros".
"La fuga de cerebros es un tema fundamental, es la verdadera emergencia migratoria", dijo recientemente Fioramonti. "Cada vez que un licenciado deja nuestro país, son 250.000 euros que se van de nuestros impuestos y si una persona hace un doctorado, son 300.000 euros. Estamos perdiendo millones de euros a través de una fuga de cerebros que hemos formado con nuestros recursos", advirtió.
Según el Istat, es sobre todo el sur del país, área geográficamente y crónicamente más pobre, el que está perdiendo recursos humanos preciosos, para ventaja también del centro y norte del país: solo el año pasado ha perdido 16.000 jóvenes con título universitario, de los cuales más de la mitad son originarios de regiones como Sicilia y Campania.
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