Johnson quiere prohibir por ley la posibilidad de extender el Brexit más allá del año próximo
La UE sostiene que será imposible cumplir con el período de transición de 11 meses, por lo que se reaviva la amenaza de un no deal
PARÍS.- Consecuente con su estrategia de presión sobre la Unión Europea (UE) para lograr un rápido acuerdo comercial post-Brexit, Boris Johnson hizo ayer resurgir el espectro de un no deal, anunciando su intención de prohibir por ley toda extensión del período de transición previsto después de que Gran Bretaña deje el bloque el 31 de enero próximo.
"Nuestro programa indicaba claramente que no extenderíamos el período de transición y la futura ley de aplicación del acuerdo prohibirá legalmente al gobierno aceptar toda prolongación", indicaron ayer fuentes del 10 Downing Sreet.
El jefe de gobierno conservador presentará pasado mañana ante la Cámara una versión revisada de la ley de aplicación de ese acuerdo que negoció con Bruselas antes de las elecciones del 12 de diciembre y que enmarca la salida del Reino Unido de la UE.
La primera versión que sometió al Parlamento había sido rechazada antes de las elecciones por una mayoría de diputados totalmente opuestos a la posibilidad de un no deal.
Johnson lo afirma incluso desde antes de las elecciones, que le dieron una amplia mayoría en la Cámara de los Comunes: no está dispuesto a solicitar una prolongación del período de negociación con la UE más allá del 31 de diciembre de 2020. Y eso, a pesar de que tanto Bruselas como la mayoría de los círculos políticos británicos afirman que, en 11 meses, será absolutamente imposible llevar a cabo esa negociación, que será de una enorme complejidad.
"Es simplemente imposible", repite Michel Barnier, jefe de negociadores de la UE, responsable de los acuerdos obtenidos con Gran Bretaña desde que el 52% de ese país votó a favor del Brexit en junio de 2016. Para los expertos, son necesarios varios años de negociación para alcanzar cualquier acuerdo comercial bilateral.
El empecinamiento de Johnson corre el riesgo de irritar a los sectores proeuropeos, sobre todo después de que -alentado por su triunfo electoral- comenzó a presentarse como el "unificador" de un país castigado por las divisiones provocadas por el Brexit.
Prueba de esa inquietud: la nueva perspectiva de una salida desordenada de la UE (no deal) provocó ayer una fuerte caída de la libra, que puso fin a varios días de entusiasmo.
El acuerdo de divorcio entre Gran Bretaña y la UE prevé un período de transición hasta fines de 2020, prorrogable una vez por uno o dos años a fin de evitar una ruptura brutal, con imprevisibles efectos sobre la economía. Durante ese lapso, los británicos seguirán aplicando las reglas europeas. Para que ese período sea extendido, Londres debe solicitarlo formalmente antes del 1º de julio de 2020.
¿Cómo entender la actitud del primer ministro británico? Como una estrategia antes de que comiencen las negociaciones.
"Para concluir un acuerdo en 11 meses, Gran Bretaña deberá aceptar gran parte de las exigencias de la UE. Políticamente, Johnson necesita antes presentar batalla", reflexiona Sam Lowe, del think tank Centre for European Reform (CER).
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