Kamikatsu, el pueblo japonés que se acerca a la utopía de la basura cero
Perdido en las montañas de la isla de Shikoku, un pequeño pueblo japonés se acerca la utopía de basura cero. Sus 1577 habitantes reciclan por ahora el 80% de los residuos y en 2020 dejarían de generar residuos que necesitan ser incinerados o enterrados.
El sistema basura cero de Kamikatsu, un apacible pueblo en donde solo hay un semáforo, es muy difícil de aplicar en grandes ciudades, pero sí podría aplicarse en comunidades más pequeñas y es además un ejemplo a seguir en materia de reciclaje.
El método que siguen los habitantes de Kamikatsu para reciclar parece un relato de ciencia ficción a los ojos de un argentino. Hay 34 categorías de artículos de reciclaje, que incluyen latas de aluminio, latas de aerosol, cartón, revistas, folletos, latas de acero y más. Los ciudadanos además tienen que remover las etiquetas de los envases, sacarles las tapas a las botellas antes de tirarlas y lavar cada envase a fondo con agua caliente.
Además como en Kamikatsu no existen camiones recolectores de basura, cada hogar o local tiene que llevar su basura al centro de reciclaje, que abre de 7.30 a 14.00 todos los días excepto los festivos.Sólo las personas mayores que no tienen auto están exentas de la obligación. Los desechos que no se pueden reciclar se entregan a distribuidores de Tokushima, la capital de la prefectura, para ser incinerados.
En el centro de reciclaje también hay un local en donde los residentes de la ciudad pueden dejar los artículos que ya no usan y llevar a casa lo que quieran de forma gratuita. "Seré feliz si el modelo de Kamikatsu se extiende por todo el mundo", dijo Akira Sakano, de 28 años, quien dirige la organización sin fines de lucro Zero Waste Academy (Academia Cero Residuos) , que opera el sitio de recolección de residuos. "Esperamos trabajar para lograr la meta de la ciudad y difundir el movimiento a otras áreas al mismo tiempo", agregó.
No solo los hogares están comprometidos con el reciclaje, los locales también hacen su aporte. El Café Polestar, por ejemplo, no pone servilletas de papel en sus mesas y los tickets sólo se entregan cuando el cliente los pide.
La iniciativa de reciclar de Kamikatsu surgió tras la compra de un pequeño incinerador en 1998. El incinerador fue apagado tan solo dos años después por superar las emisiones máximas legales de dioxina. En 2003 comenzó el programa basura cero y ahora el pueblo tiene un promedio de reciclaje muy por encima del de Japón de alrededor del 20 por ciento.
Además de llevar los residuos al centro de reciclaje, los vecinos de Kamikatsu utilizan la basura orgánica que generan para hacer compost, ya sea como abono para macetas o jardines o para los pequeños terrenos que tienen dedicados al autoconsumo de productos como frutas u hortalizas.
Los vecinos encontraron también una manera de comercializar su basura. Los artesanos del pueblo se encargan de reutilizar los productos descartados y de reconstruirlos para luego venderlos.
Los pueblos cercanos ya han empezado a implantar el mismo sistema. Por ello, el municipio quiere extender esta práctica a todo Japón.
Agencia AP
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