La amenaza de más divisiones
QUITO.- Tras más de una década de inestabilidad política, el proyecto de nueva Constitución abre esperanzas de cambios profundos en el país, según el oficialismo. Desde otros sectores se teme que el texto instaure un sistema autoritario.
La Constitución actual está vigente desde 1998 y fue aprobada por partidos políticos que hoy carecen de representación y que constituyen lo que el presidente Rafael Correa ha catalogado de "partidocracia".
El gobernante, en el poder desde enero de 2007, se define ideológicamente como cristiano de izquierda.
Ahora se espera que la nueva Constitución, que los ecuatorianos deberán aprobar o rechazar el 28 de septiembre en un referéndum, dure "cien años", como han dicho algunos representantes del partido Alianza País, de Correa, refiriéndose a la necesidad de que perdure en un país caracterizado por su convulsión política.
Desde 1997, tres presidentes elegidos en las urnas fueron sacados del poder en medio de protestas callejeras que pedían sus renuncias: en 1997 fue derrocado el populista Abdalá Bucaram; en 2000, el democristiano Jamil Mahuad, y en 2005, el ex coronel del ejército Lucio Gutiérrez.
Correa debe concluir su mandato en enero de 2011, pero si los cálculos políticos juegan a su favor, podría no sólo acabar su período, sino permanecer diez años en el poder, gracias a que el proyecto de Constitución contempla la reelección por una sola vez y él podría ser candidato.
El mandatario ganó las elecciones en 2006 tras derrotar en segunda vuelta al magnate Alvaro Noboa, con la promesa de instaurar una "revolución ciudadana", a través de la Asamblea Constituyente que redactaría la nueva Constitución.
La propuesta de nueva Carta Magna está acompañada por discursos de izquierda sobre el socialismo del siglo XXI, y entre otras cosas, pretende establecer una mayor presencia del Estado en la economía, terminar con "la larga y oscura noche neoliberal" y darle mayores poderes al Ejecutivo.
La "partidocracia" tan criticada y rechazada "va a ser sustituida por el partido único", opinó en radio Democracia el ex ministro de Gobierno, Mauricio Gándara, en referencia al partido de gobierno que por sí solo contó con la mayoría necesaria para dar luz verde a sus propuestas en la Asamblea, en medio de cuestionamientos de la minoría opositora.
Un proyecto partidario
El diario El Comercio comentó en su editorial de ayer que "es desalentador que se ponga al país a votar sobre una reforma constitucional que refleja el proyecto del partido en el poder antes que una opción consensuada y, por tanto, duradera".
"Con la aprobación de textos y medidas de las últimas horas, y con la maquinaria electoral del gobierno, la votación tendrá las características de aquellas sociedades donde existían elecciones con partido único", añadió.
Respecto de la nueva Constitución, Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil, la ciudad más grande del país, y opositor de Correa, dijo: "Estamos ante un problema vital: vivimos bien, con libertad, empleo, progreso, o vivimos mal. Es el debate al que debemos ir los ecuatorianos".
El asambleísta y ex vicepresidente León Roldós ha alertado sobre los "claros sesgos de absolutismo y totalitarismo, de corte fascista" del oficialismo.
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