La apatía precede un casi seguro triunfo de Netanyahu en Israel

JERUSALÉN.- Las cartas ya están echadas. Y según todos los pronósticos , el premier israelí saliente, Benjamin "Bibi" Netanyahu, obtendrá hoy un tercer mandato, en unas elecciones legislativas anticipadas que certificarán una ulterior derechización de la sociedad israelí.

Luego de una campaña electoral marcada por la apatía ante un resultado "cantado" , la victoria de Netanyahu, el hombre fuerte de Israel, no será arrolladora, sino todo lo contrario. Tanto es así que para formar gobierno "Bibi", de 63 años, deberá tejer una coalición que, según los analistas, podría convertirse en la más de derecha de la historia de Israel.

Según los últimos sondeos, su partido, el histórico Likud, aliado con el ultranacionalista y secular Yisrael Beiteinu, del ex canciller Avigdor Lieberman, sólo obtendrá entre 32 y 35 bancas. Muchas menos que las 42 actuales que tiene en el Parlamento unicameral israelí, de 120 escaños, que se renovará por completo en las urnas.

La erosión de votos de Likud-Yisrael Beiteinu tiene nombre y apellido: el carismático y joven multimillonario Naftali Bennett, la gran estrella de estos comicios .

Ex asesor de Netanyahu e ídolo de los colonos -aunque no vive en un asentamiento, sino en Ra'anana, al norte de Tel Aviv-, Bennett lidera el ultranacionalista y religioso Habait Hjehudi (Casa Judía), un partido que daría un batacazo: de tres escaños pasaría a tener 14.

De 40 años y lenguaje moderno que seduce a los jóvenes, Bennett está totalmente en contra de la creación de un Estado palestino y a favor de la anexión del 60% de Cisjordania. Pese a ello, todo indica que participará en el próximo gobierno de Netanyahu, para espanto de la comunidad internacional y de Barack Obama, que quieren resucitar el difunto proceso de paz palestino-israelí.

En una campaña electoral poco centrada en ese tema -vista la victoria anunciada de Netanyahu, que ya anunció su voluntad de seguir adelante con su política de construcción de colonias en tierras palestinas-, Bennett hasta podría pelearle el segundo lugar al laborismo.

Histórico partido de izquierda, hoy volcado más al centro, el laborismo espera conquistar 16 bancas de la mano de la famosa ex periodista radial Shelly Yachimovich, que se proclamó defensora de la agenda social, para muchos olvidada por el neoliberal Netanyahu.

Clase media

También se espera una buena elección del flamante partido de centro Yesh Atid, del ex periodista Yair Lapid, que centró su campaña en prometer viviendas accesibles a la clase media laica. Lapid, famoso presentador televisivo y muy "telegénico", podría alcanzar hasta 12 bancas y sumarse a una coalición encabezada por el premier.

El mismo número de bancas también obtendría el religioso sefardí Shas, considerado hasta ahora el "partido comodín" para integrar cualquier coalición.

En un contexto de malestar generalizado debido al aumento de los precios de las viviendas y de los impuestos y una profundización de la brecha entre ricos y pobres, también se esperan otras sorpresas.

En comicios marcados por la existencia de nada menos que 34 listas -que reflejan la gran división de la compleja sociedad israelí-, también podría registrarse una gran abstención, fruto del hartazgo hacia una clase política que no logra solucionar el añejo conflicto con los palestinos, madre de todos los problemas. El costo empleado para la seguridad, en efecto, significa menos recursos para las cuestiones sociales.

En un dato alarmante, se espera una abstención del 50% entre los árabes israelíes, como llaman aquí a los palestinos que viven en Israel y que tienen ciudadanía israelí, que representan el 20% del electorado. Por otra parte, hay un avance de pequeños partidos de protesta, no dispuestos a formar parte de ninguna coalición de Netanyahu.

Unos 5,6 millones de israelíes están llamados a las urnas, que abrirán a las 7 (las 2 en la Argentina) y cerrarán a las 22. Con un 15% de votantes aún indecisos, ayer, víspera del "día D", los principales partidos siguieron movilizados, haciendo campaña a través de llamadas telefónicas, actividad permitida.

Para dar una idea del frenesí, los voluntarios del laborismo hicieron en las últimas semanas cinco millones de llamadas y visitaron 90.000 casas, en las que repartieron flores.