La apertura de un juicio político contra Dilma gana apoyo
RÍO DE JANEIRO.- Pese a que Dilma Rousseff no está siendo investigada por el caso de corrupción en Petrobras, el 63% de los brasileños considera que las denuncias de corrupción ya ameritan un juicio político contra la presidenta brasileña, según una encuesta difundida ayer por la consultora Datafolha.
La mayoría de los consultados para el sondeo, un 57%, estimó que Dilma "estaba al tanto y permitió" los hechos de corrupción en la petrolera estatal, mientras que un 26% dijo que "estaba al tanto y no pudo evitarlos"; sólo un 12% opinó que "no sabía" nada del petrolão.
La encuesta fue publicada un día antes de la marcha convocada para hoy en más de 400 ciudades de Brasil, en protesta por el gigantesco desvío de fondos descubierto en Petrobras.
Los organizadores esperan convocar a más de un millón de personas en esta segunda protesta por la corrupción estatal. La primera marcha, el 15 de marzo pasado, reunió a más de 1,7 millones de personas en todo el país, según la policía, aunque las cifras de San Pablo (donde se registró la mayor movilización) fueron cuestionadas por Datafolha.
"El principal objetivo es obtener la destitución de Dilma, o su renuncia", dijo el politólogo Fabio Ostermann, uno de los líderes del Movimiento Brasil Libre (MBL), que organiza las protestas.
"La elección no da a la presidenta un salvoconducto para hacer lo que quiera. Su omisión con el escándalo en Petrobras la coloca en una situación de mucha irresponsabilidad (...) El cargo de presidente de la república debe estar por encima de cualquier sospecha", dijo Ostermann, que tiene 30 años y vive en Porto Alegre, en el sur de Brasil. De todos modos, los expertos jurídicos afirman que no hay elementos que permitan la destitución de Dilma.
De hecho, en la encuesta de Datafolha, sólo el 29% opinó que la presidenta será removida de su cargo por las denuncias de corrupción, mientras que el 64% opina que no será destituida.
El caso del petrolão alteró también la percepción que tienen los brasileños sobre los problemas que afectan al país.
Según Datafolha, desde 2011 los encuestados consideraron que el principal problema brasileño era la salud, con picos de hasta el 48% en junio de 2013, seguido por la cuestión de la seguridad y la educación.
Pero en el sondeo divulgado esta semana, la salud, con un 23%, aparece casi igualada con la corrupción, con un 22%. Luego se ubican la educación (10%), la inflación (9%) y el desempleo (8%).
Un dato llamativo es que pese a que los brasileños ya conocieron otro juicio político reciente, que puso fin a la presidencia de Fernando Collor de Mello en 1992, apenas una minoría sabe quién asumiría la jefatura del Estado en una eventual destitución de Dilma.
Según Datafolha, sólo el 27% de los que apoyan el impeachment sabe que asumiría el vicepresidente y el 40% directamente no sabe quién sucedería a la presidenta.
Un viaje para estrechar lazos
Dilma rousseff
Presidenta de Brasil
- En medio del escándalo del petrolão, la Casa Blanca confirmó que Dilma viajará a EE.UU. el próximo 30 de junio para reunirse con Obama
Agencias AFP, DPA y Reuters
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