La comunidad internacional, dividida ante el bombardeo
LONDRES.- La lluvia de misiles desatada por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña contra objetivos militares sirios fue recibida con aplausos y rechazos en la comunidad internacional, según las afinidades y las alianzas de cada gobierno.
Los miembros de la Unión Europea (UE), casi toda América Latina y los aliados de Estados Unidos en Medio Oriente aprobaron -o dejaron pasar- el uso de la fuerza contra el régimen de Bashar al-Assad. Pero China, Irán y Cuba -entre otros- sostuvieron que nada justificaba la agresión.
"Apoyamos el hecho de que nuestros aliados hayan asumido sus responsabilidades. La intervención militar era necesaria y apropiada", dijo la canciller alemana, Angela Merkel.
El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, sostuvo que era una "respuesta legítima y proporcionada" al uso de gases del régimen sirio. Italia, Portugal y Grecia se expresaron en los mismos términos y dieron su respaldo incondicional a la alianza liderada por Washington.
Arabia Saudita, una nación estrechamente ligada a los intereses norteamericanos, dio su "pleno apoyo a los bombardeos". Y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, otro socio inflexible de Washington en Medio Oriente, respaldó la decisión "de movilizarse contra el uso y la propagación de armas químicas".
Un discurso prácticamente calcado llegó desde Ankara, donde el gobierno turco, totalmente enemistado con el régimen de Al-Assad, dijo que era una reacción apropiada que "expresaba la conciencia de toda la humanidad frente al ataque de Duma, del que hay fuertes sospechas" de que fue llevado a cabo por el gobierno sirio.
Irak, vecino de Siria y envuelto en una eterna vorágine de luchas civiles e internacionales, advirtió que los ataques en Siria "ofrecen al terrorismo una oportunidad para desarrollarse tras haber sido derrotado en Irak y ampliamente arrinconado en Siria", en alusión al declinante califato del grupo Estado Islámico (EI).
China, enfrentada con Estados Unidos en una incipiente guerra comercial desatada por Donald Trump y con fuertes disidencias en otros terrenos, afirmó su oposición "al uso de la fuerza en las relaciones internacionales" y apeló "a las partes afectadas a volver al marco del derecho internacional".
El gobierno de Irán, estrecho aliado de Siria y desencontrado con Estados Unidos tras la breve primavera de entendimiento desarrollado durante los años de Barack Obama, calificó el ataque tripartito a Siria como un "crimen".
"Declaro sinceramente que el presidente norteamericano, el presidente francés [Emmanuel Macron] y la primera ministra británica [Theresa May] son criminales. No conseguirán nada y no sacarán ningún beneficio", afirmó el guía supremo, Ali Khamenei.
Los gobiernos de América Latina -excepto Cuba, que denunció el "ataque atroz"-, reunidos en la Cumbre de las Américas, en Lima, eludieron una referencia directa a los bombardeos occidentales y repudiaron el uso de gases químicos del régimen de Al-Assad en su propio país.
El presidente brasileño, Michel Temer, mostró su preocupación por la "escalada de violencia por el conflicto militar" en Siria, que ya dejó 500.000 muertos en siete años. Su par mexicano, Enrique Peña Nieto, repudió los ataques químicos y dijo que hacía votos "para que sea a través del derecho internacional como se ponga fin al uso de este tipo de armamento".
Agencias AFP, DPA y Reuters
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