La convivencia civil, una materia pendiente en buena parte del mundo

Desde que Dinamarca dio la campana de largada en 1989, decenas de países adoptaron progresivamente la figura de la unión civil, como la que pidió el papa Francisco,para facilitar la convivencia de parejas del mismo sexo dotándolas de derechos legales.

La ley danesa fue aprobada por todos los partidos del Parlamento, salvo el Partido Popular Cristiano, y los primeros beneficiados fueron la pareja que formaban Axel y Eigel Axgil, que vivían juntos desde hacía 39 años. Fue el año de la caída del Muro de Berlín, otro símbolo divisivo que se derrumbaba por el paso del tiempo y el cambio social.

Al formalizar la pareja en el Registro Civil, Axel y Eigel decidieron tomar las sílabas de sus primeros nombres para formar un apellido en común.

Mientras varios de los primeros países avanzaban hacia el matrimonio igualitario, sobre todo en Europa, la región más liberal en materia de derechos de género, la unión civil funcionó en otros como una alternativa aceptable que permitió una apertura en sociedades más escépticas.

A esta altura son más de 30 los países europeos que permiten la unión civil, muchos de los cuales también legalizaron el matrimonio igualitario. Andorra, Eslovenia, Italia, Grecia, Estonia, Croacia, Chipre, Suiza y República Checa avalan la unión civil, sin matrimonio.

América Latina se incorporó a la corriente a favor de la diversidad en la década de 2000. Buenos Aires, de hecho, fue la primera ciudad en aprobar la unión civil, independientemente de la inclinación sexual de los contrayentes.

La norma fue un hito en momentos en que esa novedad en materia de diversidad de género intentaba abrirse camino, con dificultades, en otras partes del continente. A nivel nacional se dio otro paso con la sanción en 2010 de la ley de matrimonio igualitario.

En Brasil se sancionó la unión civil para parejas de distintos sexos en 2004. Pero solo se amplió para el mismo sexo siete años después, con una resolución de la Corte Suprema. En la actualidad, en América Latina seis países reconocen el matrimonio igualitario (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay), y en México solo en algunos estados.

Chile también cuenta con unión civil. Pero no le fue fácil alcanzarla. Luego de 44 meses en tramitación legislativa, el 28 de enero de 2015 el Congreso aprobó un proyecto que permitió las uniones civiles de parejas del mismo y distinto sexo, conocido como Acuerdo de Unión Civil.

África y Asia tienen grandes deudas en materia de derechos para las parejas del mismo sexo, donde sobran los dedos de una mano para contar los países que la permiten: Sudáfrica y Taiwán, que incluso tienen matrimonio legal.

En distintas partes del globo el problema es incluso más primario, de supervivencia, y donde más urge la protección, dado que individuos y parejas homosexuales son ignorados por los gobiernos e instituciones, cuando no perseguidos la ley.