China abolió la política del hijo único para alentar la economía
Los chinos podrán tener dos hijos; se busca alimentar el crecimiento y frenar el envejecimiento de la población
lanacionarPEKÍN.- En una decisión histórica que reclamaban demógrafos y economistas para frenar el envejecimiento de la población y estimular la desacelerada economía del gigante asiático, el Partido Comunista de China abolió la política del hijo único y autorizó a todas las parejas a tener dos, un anuncio muy esperado durante la reunión de los 300 integrantes del Comité Central concluida ayer.
Después de 35 años y de objetivos incumplidos, la cúpula comunista decidió terminar con esa política, nunca tolerada por la mayoría de la población y objeto de innumerables críticas. La decisión fue tomada durante la quinta sesión plenaria del Comité Central del PC chino.
La reunión concluyó ayer tras cuatro días dedicados a adoptar el 13° plan quinquenal (2016-2020) y que básicamente evaluó nuevas medidas para impulsar el crecimiento económico, que en los últimos años alcanzó los niveles más bajos desde la crisis internacional de 2008.
La agencia estatal Xinhua fue la encargada de transmitir el comunicado de pocas líneas emanado del Comité Central, una práctica común durante la reunión del liderazgo comunista chino, entre los que se encuentran el presidente y el primer ministro.
"China aplicará plenamente una política que permitirá a las parejas que tengan dos hijos, en respuesta al envejecimiento de la población", anunció Xinhua sin aclarar detalles sobre los tiempos y modos con los que se aplicará la nueva política.
Algunos rumores sobre la posibilidad de que se eliminara la ley circularon en las últimas semanas, luego de que expertos del país advirtieran que la disminución del crecimiento de la población era más rápida de lo previsto.
La medida llega dos años después de que el país comunista flexibilizara su política, permitiendo tener dos hijos a parejas en las que uno de sus miembros también es hijo único.
El fin de ese instrumento de control de natalidad muy criticado por sus excesos, en particular los abortos forzados era muy esperado ante la multiplicación de los llamamientos de expertos y de centros de investigación oficiales.
La política se instauró en 1979, durante el gobierno de Deng Xiaoping como una solución temporal pensada para una sola generación y debía frenar el crecimiento de la población en el país -estimulado durante años por el fundador del régimen, Mao Tse-tung (1949-1976)- y así aliviar la presión sobre los recursos y reducir la pobreza. Durante todo este tiempo, las excepciones estuvieron a la orden del día, principalmente para las minorías étnicas, que tenían permiso para tener dos hijos en zonas urbanas y hasta cuatro en zonas rurales.
Si el primer hijo era una niña, la etnia china han (mayoritaria) solía tener permiso para tener dos hijos.
Si se tienen en cuenta todas las excepciones juntas, el ratio de fertilidad china se encontraba más cercano a los dos hijos por pareja que al hijo único. Las provincias, ciudades y pueblos interpretaban, añadían cláusulas y obligaban a familias a pagar elevadas multas para recaudar.
Un ejemplo de reinterpretación es el de la provincia de Sichuan, que hizo una excepción con los padres que hubieran perdido a sus hijos en el devastador terremoto de 2008.
En noviembre de 2013, Pekín autorizó a tener dos hijos a las parejas con uno de sus miembros que también fuera hijo único. Pero la medida no hizo aumentar la natalidad como esperaba el país, el más poblado del mundo con 1370 millones de habitantes. Durante la aplicación de este resorte de la planificación familiar, las denuncias de abortos selectivos y de infanticidios fueron frecuentes, pese a la propaganda oficial que urgía a la población a desprenderse de la mentalidad feudal.
Según un estudio de junio de 2014 basado en cifras de la ONU, China podría tener en 2050 unos 300 millones de familias formadas por un padre, una madre y un hijo único.
La decisión de la cúpula comunista deberá ser aprobada por la Asamblea del Pueblo, el Parlamento chino, durante su reunión anual de marzo próximo, en la que también se tratarán medidas para sacar del enfriamiento a la economía del país y transformar su modelo productivo para hacerlo más dependiente del consumo doméstico y los servicios y menos de la industria y las exportaciones.
La costumbre de vivir sin hermanos
Los jóvenes chinos, como estos tres de Shanghai, deben forzar la imaginación para recrear cómo sería crecer en una familia más amplia de lo permitido hasta ahora por el régimen
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"No sé si me gustaría tener hermanos. Tal vez sería una molestia, la habitación es demasiado chica para dos personas. Y no me siento solo porque tengo muchos amigos"
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"Quizá sí me gustaría tener hermanos varones porque creo que podrían protegerme"
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"Me habría gustado tener hermanos y hermanas. Charlaríamos de muchas cosas. Y cuando mis padres envejezcan, voy a cuidarlos solo. Con hermanos sería más fácil"
Agencias ANSA, EFE, DPA y Reuters
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