La cuestión migratoria pone a la coalición de Merkel al borde de la implosión
PARÍS.- La crisis política se profundizó anoche en Alemania cuando el ministro del Interior, Horst Seehofer, anunció la intención de renunciar a su cargo, tras semanas de enfrentamiento con la canciller Angela Merkel en torno de la cuestión migratoria .
El líder de la Unión Social Cristiana (CSU), rama bávara ultraconservadora, hermana de la Democracia Cristiana de la canciller (CDU), había acusado el sábado a Merkel de haberlo hecho viajar a Berlín "para nada". La reunión en la cual la jefa de gobierno debía presentarle un plan para limitar la inmigración, comentó, fue "vana e inútil", contradiciendo así los comentarios optimistas de la jefa de gobierno.
La coalición dirigida por Merkel está bajo una extrema tensión desde hace tres semanas, después de que Seehofer amenazó con cerrar las fronteras nacionales a los solicitantes de asilo si la canciller no conseguía una solución satisfactoria en la cumbre europea que se realizó el jueves y viernes pasado en Bruselas.
Dispuesta a tomar medidas más estrictas para contener la inmigración, Merkel rechaza, sin embargo, el proyecto unilateral de su ministro, pues teme que provoque una reacción en cadena que termine con la zona Schengen, uno de los principales logros de la UE.
Hasta el sábado, Merkel se mostraba optimista. El compromiso europeo alcanzado, que tenía la virtud de haber sido aprobado por los 28 países del bloque -incluidos Italia, Austria y Hungría-, preveía la creación de plataformas de desembarco del otro lado del Mediterráneo en países voluntarios y centros de acogida dentro de la UE, mientras que la espinosa cuestión de la "migración secundaria" quedó sujeta a la decisión de los Estados miembros. Por "migrantes secundarios" se entiende a los solicitantes de asilo que no lo obtuvieron en un primer país y viajaron a otro para volver a intentarlo.
El mismo día anunció haber concluido acuerdos con 14 países a fin de expulsar a esos "migrantes secundarios" hacia el país de entrada. "Aun cuando todo no está resuelto, las medidas adoptadas son acordes con lo que reclama la CSU", aseguró la canciller en una entrevista. Para comunicarle los detalles, recibió al ministro del Interior en Berlín, esperando poner fin a las hostilidades.
Pero ese acuerdo terminó siendo demasiado frágil. No bien anunciado, varios países de Europa central -Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia- desmintieron la firma de ese pacto, probablemente con la intención de socavar aún más la autoridad de la canciller, defensora del derecho de asilo y de soluciones a nivel europeo desde que comenzó la crisis.
La reacción de Seehofer no se hizo esperar. No solo contradijo a la canciller con sus declaraciones públicas, sino que también dejó entrever la posibilidad de actuar por su cuenta. La cúpula de la formación bávara parecía apoyarlo hasta anoche. La CSU irá a las urnas en octubre, en una región donde el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) está en buena posición para ganar las elecciones.
Por su parte, Merkel obtuvo ayer el apoyo de los líderes de la CDU, que insisten en la necesidad de que ambos partidos conservadores permanezcan unidos, y de los socialdemócratas del SPD, el otro miembro de la coalición, que teme ser víctima colateral de esta lucha fratricida en la derecha. Los socialdemócratas aún no se recuperaron del fracaso de las últimas elecciones y saben que no están listos para ir a las urnas otra vez.
Anoche Europa evaluaba con ansiedad el resultado de una eventual renuncia de Seehofer. Todos temen que el gobierno se sumerja en una nueva crisis política de imprevisibles proporciones, después de la que provocó el avance de la extrema derecha en las elecciones legislativas, que le permitió enviar 92 diputados al Parlamento.
¿Se producirá un estallido de la coalición? ¿El país tendrá que ir a nuevas elecciones? ¿O la CSU convenció a su líder de dar un paso al costado para salvar el gobierno y terminar con la crisis? Las próximas horas serán sin duda decisivas para Alemania y para la Unión Europea.
Refuerzos para las fronteras de la UE
La canciller alemana, Angela Merkel, está dispuesta a reforzar con efectivos alemanes la protección de las fronteras externas de la Unión Europea (UE) en países como Bulgaria o Grecia, entre otros, si fuera necesario. Según Merkel, estas medidas de ayuda serían puestas en marcha antes de fines de agosto, con el fin de seguir reduciendo el ingreso de personas en la zona de libre circulación de Schengen. "También tenemos que estar dispuestos a respaldar en caso de necesidad a Eslovenia y Croacia para que puedan proteger sus fronteras", señala un escrito de la canciller a los dirigentes de sus socios de coalición de gobierno. Merkel avisó asimismo que combatirá de forma más eficaz el abuso de concesión de visados de la zona Schengen.
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