Italia / Renunció Cordero Di Montezemolo. La familia Agnelli vuelve a tomar el control de Fiat
John Elkann, nieto de Giovanni Agnelli, es el nuevo presidente
ROMA.- La familia Agnelli, una de las más influyentes de Italia, que hace más de un siglo, en 1899, creó la casa automotriz Fiat, vuelve al volante del grupo.
Ayer, en una decisión que tomó a todos por sorpresa, después de seis años como presidente, Luca Cordero Di Montezemolo presentó su dimisión y dejó el cargo a John Elkann, nieto del zar Giovanni "Gianni" Agnelli.
Elkann, que ya era vicepresidente del grupo, había sido elegido heredero por el propio " Avvocato " en 1997, después de la muerte por un tumor de Giovanni Alberto Agnelli, de 33 años e hijo de su hermano Umberto.
Con 34 años recién cumplidos, John, el hijo de Margherita Agnelli -hija de Gianni- y del periodista ítalo-norteamericano Alain Elkann, se sentará en el mismo sillón de presidente que su legendario abuelo ocupó por primera vez a los 45 años.
Elkann, que conoce muy bien la Argentina, pasa a ser así el presidente más joven de la automotriz de Turín, y con él la familia Agnelli retoma en modo directo las riendas de la empresa después de la muerte de "Gianni", en enero de 2003, y de su hermano Umberto, en mayo de 2004. Elkann es sobrino de Cristiano Rattazzi, presidente de la filial argentina de Fiat.
Justamente 48 horas después del fallecimiento de Umberto Agnelli, hace seis años, fue Montezemolo -que tres días antes había asumido al frente de Confindustria, la patronal italiana- quien fue llamado de urgencia por la familia para tomar el timón de Fiat. La compañía atravesaba uno de sus peores momentos y John Elkann, entonces un joven inexperto de 29 años, no parecía la persona más indicada para liderar un grupo al borde del colapso.
Montezemolo no era un desconocido, sino una personas más que cercana a los Agnelli: después de trabajar a los 26 años a las órdenes de Enzo Ferrari, en 1977 había entrado en Fiat de la mano de "Gianni" Agnelli, que siempre lo había tenido en muy alta consideración profesional y personal. "Si no me lo hubiera pedido la familia [Agnelli], a la que me siento profundamente vinculado desde que llevo pantalones cortos, no habría aceptado el cargo de presidente", recordó ayer Montezemolo.
"Entonces no había ningún miembro de la familia, mientras que hoy está John, que es un verdadero líder, y no existe más una empresa al borde de la bancarrota (...) Considero que mi papel de «remolcador» ha llegado a su fin", agregó el manager, que de todos modos seguirá siendo miembro del consejo de administración de Fiat y presidente de Ferrari. "Creo que mi trabajo ha concluido, y lo digo con satisfacción, con serenidad y con cierta emoción, porque han sido seis años importantes", continuó.
Empresa fuerte
Tal como subrayó el presidente saliente, hoy Fiat es una empresa "sana y competitiva", con un consejero delegado consolidado, como es Sergio Marchionne, que en enero de 2009 selló un acuerdo con el gigante norteamericano Chrysler para crear una alianza estratégica global. Fiat tiene unos ingresos anuales de más de 50.000 millones de euros, 190.000 empleados y 188 fábricas repartidas en medio mundo (incluida la Argentina). Allí se proyectan, construyen y venden autos de la marcas Fiat, Lancia, Alfa Romeo, Maserati y Ferrari.
La noticia del nombramiento de Elkann -casado con Lavinia Borromeo y con dos hijos, Leone, de 3 años, y Oceano, de 2- fue recibida con una suba del 9,28% del precio de las acciones de la compañía, que cerraron en 10,42 euros.
Montezemolo desmintió que su decisión de dejar el timón de Fiat tuviera que ver con sus ambiciones políticas, como muchos creen. "Mi intención es continuar haciendo mi trabajo en Ferrari y en otra aventura empresarial que me fascina y me involucra mucho, así que no", contestó ayer a los periodistas. Montezemolo también negó versiones sobre desacuerdos en cuanto a los planes estratégicos del grupo.
Lo cierto es que los rumores respecto del futuro de Fiat son muchos. El semanario L´Espresso hasta escribió que la familia Agnelli, clave en la historia del capitalismo italiano, podría dejar de producir automóviles.
Y aseguró que un escenario posible es el de una división de la actual empresa en dos, con Elkann como jefe de toda la parte "no car" (finanzas, inmobiliaria, turismo y participaciones varias) y Marchionne al frente de la parte automovilística.