La muerte de un concejal eleva la presión internacional sobre Maduro
Mientras crecen las dudas de la oposición sobre la versión de un suicidio que dio Caracas, las Naciones Unidas y la UE exigieron una investigación exhaustiva; la OEA responsabilizó al gobierno
CARACAS.- "Si yo tengo que estar aquí para que Venezuela sea libre, aquí me quedo". Veinte horas después de confirmar a su abogado que estaba dispuesto a aguantar hasta el final las presiones de los agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), el cuerpo del concejal opositor venezolano Fernando Albán chocó contra el suelo, tras una caída de diez pisos desde el edificio que alberga a la policía política del presidente Nicolás Maduro . Su presagio lo llevó hasta la muerte.
Luego de que anteayer se revelara el fallecimiento de Albán, el chavismo quedó bajo una fuerte presión internacional para esclarecer las causas, en medio de las sospechas de la oposición de que fue asesinado por las fuerzas de seguridad. La ONU , la Unión Europea (UE) y distintos gobiernos le reclamaron a Caracas una investigación.
Solo dos semanas antes de su muerte, Albán -un cargo medio del partido opositor Primero Justicia, desconocido para el gran público- había acompañado a su jefe político Julio Borges a la sede de la ONU en Nueva York para respaldar la presión internacional de los países más poderosos del continente contra el presidente. No sabía que quizás estaba firmando su sentencia de muerte. Para el chavismo estas acciones constituyen un delito de traición a la patria.
"Me dijo que lo estaban presionando para que inculpara a Borges", develó el abogado Joel García, que pudo hablar con su defendido cuando "reapareció" el domingo en una sala judicial, tras ser detenido el viernes al regresar de Nueva York y permanecer desaparecido dos días. Al concejal le habrían ofrecido la libertad si acusaba a Borges en un video parecido a los que hasta ahora conforman las únicas pruebas del gobierno contra los dirigentes opositores en el supuesto intento de magnicidio del 4 de agosto.
"Estaba fuerte y entero", añadió el abogado García, la misma entereza que demostró cuando se comunicó con su mujer ese mismo día.
Su pareja y sus hijos viven en Nueva York. Ahora lo lloran sin consuelo, como sus amigos, compañeros y miembros de la tan herida oposición venezolana, aplastados por la vertiginosa deriva vivida durante 72 horas que acabó con una sospechoso "suicidio" en el que casi nadie cree. Todos ellos están convencidos de que el gran impulsor de las ollas solidarias de comida en la parroquia de San Pedro, donde según sus conocidos destacaba su profunda religiosidad, no se suicidó.
Albán, de 56 años, formaba parte del círculo de amistades del cardenal Jorge Urosa. "Era un alma de Dios, educadísimo y muy católico. Cuando él no estaba las ollas no llevaban carne. La gente lo amaba en la parroquia. ¿Suicidarse? Imposible, estaba lleno de fe", señaló a LA NACION Zoila Ruiz, feligresa de la misma iglesia donde concurría el concejal, "que jamás dijo a qué partido pertenecía".
Las mismas exigencias y dudas instaladas en Venezuela desde la muerte se desparramaron ayer por el mundo. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos anunció que investigará la muerte de Albán, mientras la UE exigió que la pesquisa sea "rigurosa e independiente".
Más contundente resultó el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro: "Condenamos la muerte de Albán, responsabilidad directa de un régimen torturador y homicida. Esta dictadura debe irse ya de Venezuela". El gobierno español llamó a consultas al embajador chavista para comunicarle su "más profunda preocupación por el trágico fallecimiento, en circunstancias aún no esclarecidas".
En tanto, la cancillería argentina emitió anoche un comunicado en el que señaló que el Gobierno "cuestiona la explicación brindada por las autoridades venezolanas sobre la causa de la muerte del concejal", y pidió "su rápido esclarecimiento".
Testimonios de agentes del Sebin dados a conocer por opositores y periodistas locales coinciden en señalar que Albán sufrió torturas y malos tratos, práctica habitual en la sede de la institución.
"Lo torturaron con una bolsa en la cara, con inmersión en un barril de agua y con electricidad. Finalmente murió", aireó el diputado Juan Miguel Matheus entre lágrimas desde la tribuna de la Asamblea Nacional, donde fue velado el cadáver de su amigo. "Luego fue lanzado por la ventana", añadió el concejal Jesús Armas. El diario El Nuevo País accedió a otro funcionario, que dijo que "se fue en la tortura".
"Le fracturaron las costillas y le perforaron el corazón. Cuando ya estaba bien golpeado, el mejor cuadro es la ventana", contó.
"Lo lanzaron por el piso diez y el gobierno pretende decir que se suicidó", dijo el opositor Henrique Capriles, que insistió en que "nadie se come el cuento de que participara en un atentado". El acta de defunción entregada a los familiares señala que murió por "traumatismo craneoencefálico severo" generado "por caída de altura". La inteligencia chavista buscaba implicar al concejal en el "atentado" de los drones durante el desfile que presidía Maduro, para de esta manera apuntalar sus acusaciones contra Borges.
Un caso que suma tensión
Fernando Albán
Exconcejal venezolano
Arresto
De 56 años, Albán había sido detenido el 5 de octubre por su presunta participación en la explosión de dos drones en un desfile encabezado por Maduro
Sospechas
Anteayer murió en una sede de inteligencia; según el gobierno, se suicidó al tirarse desde un décimo piso, pero la oposición denuncia un homicidio
Más leídas de El Mundo
Investigación confidencial. Reino Unido suspendió a un enviado comercial a la Argentina en medio de una fuerte polémica
Tenía 24 años. Conmoción en Uruguay por el femicidio de una joven cuando iba a la facultad
“Tercera Guerra Mundial”. La fuerte advertencia del primer ministro ucraniano sobre el futuro del conflicto con Rusia