La necesidad de cambio de un partido monolítico
ASUNCIÓN.- En qué se diferencia el Partido Colorado que se impuso en Paraguay en las elecciones de anteayer del que fue derrotado hace cinco años por el ex obispo Fernando Lugo?
El presidente electo, Horacio Cartes, se enorgulleció ayer de que los colorados aprendieran "de los errores del pasado" y de que en estas elecciones fueran "el partido que más escuchó a la gente". Como ejemplo mencionó que fue la única organización que eligió sus candidatos mediante el sistema de elecciones internas. Y que no hubo "listas sábana".
Pero, según algunos analistas, este partido de 126 años aún no ha dado señales de cambio. "Más que renovación, lo que el Partido Colorado ha hecho es saber apoyarse sobre las debilidades de sus contrincantes", reflexionó el sociólogo Luis Ortiz, del Instituto de Ciencias Sociales de Paraguay.
Entre otras cuestiones, los colorados obtuvieron un masivo apoyo de los votantes jóvenes, el 53% del electorado. "Muchos jóvenes votaron a Cartes con la idea de que era bueno darle la oportunidad de gobernar a un empresario exitoso", dijo Ortiz. "Pero ellos no saben que el presidente Juan Carlos Wasmosy era también un empresario, y que fue él quien llevó a la bancarrota al sistema financiero del país a fines de los 90", recordó.
Por otra parte, la historia de Cartes se asemeja bastante a la de Wasmosy. Los dos hablan de dinamizar el Estado, aunque ambos crecieron económicamente gracias a sus contactos y negocios con el aparato estatal. El nuevo presidente tampoco escapa de las acusaciones sobre un pasado oscuro, con denuncias de corrupción y contrabando.
Otro de los aspectos que no se han modificado es la base de sustento del partido: los votantes más fieles siguen siendo los empleados públicos.
Durante la época de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) la afiliación fue un requisito obligatorio para acceder a un puesto. Y hasta el gobierno de Lugo no había prácticamente concursos públicos para acceder a cargos. El carnet de afiliado y los contactos políticos eran antecedente suficiente.
En este tiempo en que los colorados estuvieron en el llano, la cantidad de concursos subió a 15.000 anuales. Pero frente al riesgo de perder a su votante fiel, Cartes jamás mencionó en su campaña la necesidad de seguir profesionalizando el empleo público.
Otro tema ausente de la campaña colorada fue el de la ayuda a los más pobres, en este país que tiene el menor gasto social de América latina. Cartes dijo tímidamente que va a conservar lo que existe. "Pero, ¿va a resistir la tentación de administrar los programas según el viejo método clientelista de los colorados?", se preguntó Ortiz.
Pese a todo, nadie hoy cree en Paraguay que los colorados puedan gobernar por otros 60 años. La derrota de 2008 demostró que si no resuelven el gran problema de la desigualdad y la pobreza, el Partido Colorado ya no cuenta con un votante cautivo.
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