La nieta del escritor Gelman pidió reabrir el caso de su madre
MONTEVIDEO.– La nieta del escritor argentino Juan Gelman, una joven nacida en cautiverio en 1976 e hija de una desaparecida argentina, recurrió ayer a la justicia de Uruguay para que se reabra el caso de su madre, que fue archivado en 2005 por falta de pruebas.
Simultáneamente, el gobierno del presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, insistió en su intento de quebrar el silencio de los militares que han preferido guardar secreto sobre los años oscuros de las décadas del 70 y el 80. Por ello, emitió un simbólico decreto para reclamar información sobre el destino de los desaparecidos.
En el caso de la nieta de Gelman, el apoyo a su reclamo no vino únicamente desde el lado uruguayo, sino también desde la embajada de la Argentina en Montevideo, al convocar a una conferencia de prensa para que ella expusiera su acción judicial.
El embajador Hernán Patiño agradeció al gobierno de Vázquez por lo hecho en procura de aclarar el caso, pero también reclamó los máximos esfuerzos para reabrir el expediente.
Luego de conocer ambas gestiones, Macarena Gelman dijo que "la instancia formal está hecha, y de ahora en adelante la justicia, en la que confío, se pronunciará".
El embajador argentino lanzó una dura crítica a los militares retirados que saben lo que pasó en aquellos años y no rompen el silencio. El núcleo de militares identificados como agentes represores de la dictadura hoy está procesado bajo prisión en una cárcel especial que construyó el gobierno.
Sin embargo, en los últimos días trascendió que uno de esos militares acusó a otros camaradas, también presos, de algunos crímenes de la dictadura. Y otro de los militares detenidos comenzó una huelga de hambre en protesta por su condición actual.
"Los mismos que inventaron una guerra que nunca existió, para justificar el terrorismo de Estado y el asalto al poder, quieren desnaturalizar la acción de la Justicia", dijo Patiño.
Y subiendo el tono de su reclamo ante las cámaras de televisión, exclamó: "¡Una vez más les pedimos que tengan al menos un gesto de dignidad y no priven de manera definitiva a las víctimas sobrevivientes de sus acciones criminales del encuentro con los restos de sus seres queridos!".
El inicio del caso
El caso Gelman irrumpió en la campaña electoral de 1999, cuando el escritor argentino reclamó una investigación por la desaparición de su nuera en Buenos Aires en 1976, con el argumento de que había sido traída en forma clandestina por militares argentinos y uruguayos en el marco de la Operación Cóndor.
Hasta ese año el caso no figuraba como un episodio vinculado a Uruguay. Pero lo era.
María Claudia García fue detenida por militares argentinos junto a su pareja, Marcelo Gelman (hijo del escritor), y quedó desaparecida. Marcelo apareció muerto en 1989, pero el cuerpo de ella no fue encontrado.
Pero en ese momento María Claudia estaba embarazada y fue trasladada hasta Uruguay en forma ilegal por militares uruguayos que la dejaron en una cárcel clandestina con otros presos políticos.
Según las investigaciones, tuvo una hija en el hospital militar y luego fue asesinada. Pero no se supo por quién ni dónde dejaron su cuerpo.
La niña fue entregada a la familia de un policía que la crió con su esposa como si fuera hija propia. Hasta los 24 años, Macarena Tauriño (apellido del policía) no supo que era adoptada.
Por gestiones de su abuelo y del presidente de entonces, Jorge Batlle, Macarena se enteró de su historia y accedió a realizarse un examen de ADN que confirmó su origen.
Pruebas presentadas
Luego de la presentación judicial de ayer, el abogado de Macarena Gelman, José Luis González, explicó el alcance de la acción. Repasó los hechos a partir de los cuales solicitaron la reapertura del caso.
Entre los sucesos que citó, las pruebas presentadas confirman la existencia de vuelos clandestinos de Buenos Aires a Montevideo, con traslado de uruguayos y argentinos detenidos durante la dictadura militar; comentarios atribuidos a un militar procesado por violaciones de los derechos humanos con la acusación a otro represor de ser el autor material del asesinato, y otros testimonios que permiten reconstruir cómo fue el proceso de secuestro y traslado de María Claudia a Uruguay.
En tanto, el presidente Vázquez y la ministra saliente Azucena Berruti (deja el cargo el 3 de marzo por renovación de gabinete) firmaron un decreto que hace referencia a un secreto militar para subalternos que regía desde el 20 de mayo de 1943.
Ahí se establecía un carácter de secreto, reservado o confidencial, de información en el ámbito militar.
Según los considerandos del decreto, ese secreto fue aludido por militares retirados que se negaron a dar datos sobre casos de desaparecidos. El mismo decreto del 43 dejaba la posibilidad de que un superior eximiera del decreto a un subalterno.
Pero en lugar de apelar a los mandos para que transmitieran ese mensaje, el gobierno prefirió hacerlo por decreto para que la difusión pública signifique una presión sobre los que tienen algo para decir.
La propia ministra Berruti dijo ayer que no sabe cuál podrá ser el efecto real de la resolución y agregó que "la memoria no se decreta".
Y aunque por ahora Macarena Gelman tampoco conoce los efectos de esa acción gubernamental, ella sí reclamó "a todos aquellos que sepan algo" respecto del crimen de su madre que se "lo hagan saber."
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