Perfiles/ Cherie Blair. La nueva princesa de los británicos
La popular esposa del premier es considerada una "supermamá"
LONDRES.- Hace cuatro años, la prensa la llamaba "el pequeño pajarito que acompaña al líder de la oposición", criticaba sus vestidos y se mofaba de sus orígenes proletarios. Ahora es "superesposa", "supermadre" y "superabogada", la mujer que a los 45 años instaló a un bebe en Downing Street, algo que los británicos no había visto en más de un siglo.
El cambio preocupa poco a Cherie Blair, también conocida como Cherie Booth, el nombre de soltera que sigue empleando como una de las más prestigiosas abogadas de este reino.
La esposa del primer ministro laborista Tony Blair mantiene una relación de "amistosa distancia" con el periodismo, con el cual suele bromear y hasta compartir una taza de té durante las horas de espera de noticias frente a la puerta de su residencia, pero al cual también sabe ponerle límites cuando cree que invade su intimidad.
Fue ella quien entabló juicio contra el tabloide The Mail on Sunday para evitar que publicara las memorias de su ex niñera Ros Mark (aun cuando aparentemente no contenían más que halagos).
Esta encarnizada defensa de su vida privada es uno de los atributos que los británicos más admiran. Pero no es el único. Tony Blair, como Bill Clinton y el príncipe de Gales, ha visto en los últimos meses su popularidad crecientemente opacada por la de su esposa.
Ocurre que, para la opinión pública, Cherie es la mujer que todo lo puede. No sólo es la cónyuge discreta que acompaña a su marido en los compromisos oficiales y vela por la buena educación de sus hijos, sino también una defensora de causas controvertidas para el gobierno, capaz de alzar la voz por los derechos femeninos y de mantenerse fiel a sus convicciones socialistas a la antigua aun cuando comparte el lecho con el fundador del Nuevo Laborismo.
Aunque en los últimos meses redujo su trabajo como abogada especializada en derecho laboral europeo, se estima que Cherie contribuye al presupuesto familiar con unos 150.000 dólares al año, es decir, el doble de los ingresos de su marido.
Lo más notable es que, a diferencia de Hillary y de Lady Di, parece lograr todo esto sin quebrar en el camino la armonía de su matrimonio. El lunes pasado, por ejemplo, regresó de un viaje de cuatro días a Sudáfrica, donde acompañó a su marido a una cumbre del Commonwealth.
El miércoles se puso la toga y arremetió contra el gobierno en la Corte Suprema -durante dos horas y de pie- por negarse a conceder 13 semanas de licencia paternal paga, tal como lo sugiere la legislación europea. El jueves ofreció el té a un grupo de niños del distrito al que su marido representa en la Cámara de los Comunes y el viernes, minutos después de la medianoche, dio a luz.
Sus amigos aseguran que el secreto se encuentra en su origen humilde y en su educación católica, lo que le ha enseñado a vivir consciente de formar parte de una minoría que necesita ganarse un espacio propio y, al mismo tiempo, a ser fervientemente respetuosa de instituciones como el matrimonio.
Cherie nació el 23 de septiembre de 1953 en un distrito pobre de Liverpool. Es la hija mayor de una actriz de vodevil, Gale Smith, y de un actor de televisión, Tony Booth, que cuando ella cumplió 7 años abandonó a la familia para tener otros siete hijos con una serie de amantes y otras cuatro esposas.
Mientras su padre ganaba fama protagonizando a un desempleado en una serie cómica ("Hasta que la muerte nos separe") y como presidente del Sindicato de Actores Británicos, su madre se encargó de darle una educación basada en estrictos valores católicos. Ella misma asegura haber sido en la escuela una estudiante "tragalibros", lo que no explica del todo que haya obtenido las más altas calificaciones en la escuela de leyes de la London School of Economics.
Cherie conoció a Tony Blair mientras los dos se entrenaban en el despacho legal de Alexander Irvine, ahora lord Irvine of Lairg, ministro de Justicia y una de las figuras más encumbradas del gabinete gubernamental.
Ella era entonces, como su padre, una activa miembro del ala izquierdista del laborismo y, de acuerdo con la leyenda, Tony -que venía de una familia de conservadores- se unió al partido con el único fin de conquistarla.
Se casaron en 1980. Tres años más tarde, Cherie se postuló para las elecciones parlamentarias en una villa del sur inglés ferozmente disputada por los conservadores. Perdió. El mismo año, el líder laborista Michael Foot ofreció a la pareja representar a un distrito tradicionalmente laborista y Cherie decidió que esta vez lo hiciera su marido. El ganó y el resto ya es historia.
Argentino
"Con una gran sonrisa y dos sorbos de vino tinto argentino, Leo Blair brindó por la llegada de su nuevo nieto, diciendo: "Ahora somos dos". Así relató ayer The Sunday Times la reacción del padre del premier, Tony Blair, a la llegada de un nuevo integrante de la familia, llamado Leo en honor a su abuelo. Un feliz pero cansado Blair afirmó, en tanto, que la primera noche de su hijo "no fue muy tranquila".
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