La paradoja de Correa
QUITO.- Desde el inicio de su gobierno, hace cinco años, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, tuvo el mismo objetivo estratégico en su política exterior: buscar la integración con los otros países latinoamericanos, hacer respetar la soberanía de Ecuador y alentar su protagonismo. En el plano interno, el mandato de Correa tuvo como eje, entre otros, el enfrentamiento con la prensa independiente.
El caso Assange sintetiza ambas cruzadas del jefe de Estado ecuatoriano: por un lado, lo convierte en protagonista de una crisis diplomática que involucra a varios países, entre ellos dos potencias, Gran Bretaña y Estados Unidos. Por el otro, lo ubica en el centro de una paradoja: el mandatario concedió asilo a un supuesto abanderado de la libertad de prensa y expresión mientras en Ecuador persigue con la justicia a la prensa que no le es afín.
Según el analista de Flacso Santiago Basabe, la decisión de Ecuador "es una nueva estrategia y una movida política de la cancillería que desde el inicio del gobierno intenta catapultar al país en el entorno internacional". Las consecuencias, según el analista, implican la "apertura de tres frentes: con Gran Bretaña, con Suecia e incrementa la tensión preexistente con Estados Unidos".
Correa tuvo su primera crisis con Estados Unidos en 2011 al expulsar a la embajadora en Quito, Heather Hodges, por el contenido de un cable difundido por WikiLeaks sobre supuesta corrupción en la policía. Las relaciones se restablecieron en junio con la llegada de otro embajador.
Algunos analistas consideran incluso que con la decisión de ayer Ecuador podría perder beneficios comerciales con Estados Unidos.
Analistas y políticos de oposición criticaron también ayer a Correa por otorgar el asilo a Assange en un gesto de defensa de la libertad de expresión cuando en su país el mandatario mantiene un enfrentamiento con los medios privados.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas denunció ayer la "inmensa contradicción y doble discurso" del gobierno de Correa porque "dentro del país insulta, persigue y enjuicia a los dirigentes indígenas y luchadores sociales como terroristas y se acosa a los periodistas y se incautan revistas".
Lucila Donoso
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