La pesadilla que Merkel más temía
BERLÍN.- La pesadilla se hizo finalmente realidad. El atentado en un concurrido mercado de Navidad en el centro de Berlín golpeó no sólo a los alemanes, que desde hacía tiempo temían que algo así sucediera, sino también a la canciller Angela Merkel , criticada desde hace meses por su polémica política de refugiados.
A fines de noviembre ya auguró que las elecciones generales del próximo año serían "las más difíciles" a las que hubiera tenido que concurrir. Sin embargo, su presagio sobre la que será su cuarta candidatura se convirtió en una certeza de la forma más amarga posible.
Ironías del destino, la noticia de lo sucedido en el mercado de Navidad le llegó a la líder alemana mientras se encontraba en un acto oficial con los cooperantes que trabajan a favor de la integración, en un país que en 2015 recibió casi 900.000 solicitantes de asilo.
En su primera comparecencia pública después del atentado ocurrido anteayer por la tarde, Merkel reconoció que será difícil de soportar si efectivamente el atacante hubiera pedido protección y asilo en Alemania.
En caso de confirmarse, esto sería "especialmente repugnante para los numerosos alemanes que están implicados en la ayuda a los refugiados y para las numerosas personas que necesitan verdaderamente nuestra protección y que tratan de integrarse en nuestro país", resaltó.
Merkel es consciente de que no sólo muchos ciudadanos, sino también miembros de su partido político, la Unión Cristianodemócrata (CDU), y de su socio hermanado, la Unión Cristianosocial (CSU), llevan tiempo reclamando más dureza en la gestión de la crisis de los refugiados.
El líder de la CSU, Horst Seehofer, aprovechó hoy para reavivar sus reclamos de volver a "ajustar" y "reflexionar" sobre la política de refugiados.
El miedo a posibles atentados terroristas vinculados con la oleada de refugiados no sólo hizo mella en el apoyo de Merkel, sino que colocó en el tablero político al partido populista de derecha y con tintes xenófobos Alternativa para Alemania (AfD), que según los sondeos se convertiría en la tercera fuerza política en el país en las elecciones del próximo otoño boreal, y para quien este atentado se convierte en un nuevo impulso.
Se trata de una formación que ha sabido capitalizar el descontento del votante conservador alemán al convertir la crítica a la gestión de la crisis migratoria de Merkel en su principal argumento, y que no dudó en aprovechar las primeras horas tras el atentado para acusar a Merkel de las muertes.
"¿Cuándo devolverá el golpe el Estado de Derecho alemán? ¿Cuándo acabará finalmente esta maldita hipocresía? ¡Son los muertos de Merkel!", escribió el presidente de la oficina regional de AfD en Renania del Norte-Westfalia, el europarlamentario Marcus Pretzell, en la red social de Twitter.
Ahora, la canciller alemana tendrá que lidiar junto con el terrorismo con el auge del populismo.
"La canciller sabe que a partir de ahora será difícil seguir por el mismo camino, su camino", resumió el diario berlinés Der Tagesspiegel.
Almudena de Cabo
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