La reforma de salud de Obama está cerca de ser una realidad
WASHINGTON.- Tras 24 días de intensos debates, el Senado estadounidense le dio al presidente Barack Obama el mejor regalo de Navidad: aprobó la reforma del sistema de salud que el mandatario había convertido en su principal prioridad legislativa y por la cual había puesto en juego buena parte de su prestigio político.
Ahora sólo resta que el proyecto de ley sea armonizado con el ya aprobado por la Cámara de Representantes, el 7 de noviembre pasado, para que la Casa Blanca logre su objetivo de instaurar, por primera vez en la historia de Estados Unidos, un sistema de cobertura médica universal.
La votación se efectuó en la víspera de Navidad, algo que no ocurría desde 1895, y puso punto final a varios meses de arduas negociaciones entre los legisladores demócratas y la Casa Blanca. En una señal que evidenció la importancia que le concedió el gobierno al momento, el vicepresidente Joe Biden ejerció anteayer su derecho a presidir la votación.
El proyecto de ley se aprobó gracias al voto de los 58 senadores demócratas y de dos independientes. Los senadores republicanos rechazaron de manera unánime la iniciativa de Obama, lo que refleja la tensa atmósfera política que se respira aún en la capital estadounidense, .
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, lamentó la naturaleza partidista de un voto que describió como "histórico".
"Por primera vez en la historia de Estados Unidos, un partido político ha elegido quedarse al margen, en lugar de participar en una gran y muy necesaria reforma sanitaria", afirmó Reid, que votó inicialmente por error en contra del proyecto, en un desliz que provocó las carcajadas de sus compañeros y que demostró el agotamiento imperante en el Capitolio tras las maratónicas negociaciones de las últimas semanas.
Cobertura
El proyecto de ley busca ampliar la cobertura médica a unos 30 millones de estadounidenses, así como reducir los crecientes costes de la atención sanitaria. Además, prohíbe a la industria aseguradora el denegar la cobertura a personas con alguna enfermedad.
A diferencia de otros países desarrollados, Estados Unidos carece de cobertura médica universal, pese a que es de los que más gasta en salud: alrededor del 16% del PBI, el doble de la media de las naciones ricas.
Entre los temas más espinosos que deberán armonizar ambas cámaras del Congreso está el de la llamada "opción pública", un seguro sanitario público que competiría con el sector privado. La versión del Senado ha eliminado esa "opción pública", que sí contempla el proyecto de la Cámara de Representantes y que promete desatar nuevas peleas.
Los demócratas, sin embargo, dicen que han avanzado ya demasiado como para darse el lujo de no encontrar la forma de hacer que coincidan ambos proyectos. Pero la oposición prometió resistir. "Esta batalla dista de haberse acabado", afirmó el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
"Mis compañeros y yo trabajaremos para impedir que este proyecto se convierta en ley", añadió.
La Casa Blanca ha convertido la reforma sanitaria en la principal prioridad legislativa de su política interna. Antes de partir de vacaciones a Hawai, su tierra natal, Obama celebró la decisión del Senado.
"Estamos finalmente a punto de hacer realidad la promesa de una reforma sanitaria real y significativa que aportará seguridad y estabilidad adicional al pueblo estadounidense", dijo el presidente demócrata.
Obama insistió en que, de ser aprobada, la ley será la más importante desde la aprobación de la Seguridad Social, en 1930. Los demócratas esperan la norma sea aprobada antes del tradicional discurso sobre el "Estado de la Unión" de fines de enero.
Obama recordó también que siete presidentes antes que él intentaron cambiar el sistema de atención médica, y subrayó que los esfuerzos de sus antecesores fracasaron por la presión de "intereses especiales" que "perpetuaron un statu quo que beneficia más a la industria aseguradora que al pueblo estadounidense".
La aprobación del Senado ofrece a Obama un final feliz de un año que, pese a empezar con grandes esperanzas tras su histórica victoria electoral, se volvió cuesta arriba. Su nivel de popularidad cayó al 50% por los altos niveles de desempleo, el aumento de la violencia en Afganistán y el controversial debate sobre la reforma del sistema de salud.
Obama retrasó sus vacaciones en Hawai hasta que tuviera lugar la votación del Senado, lo que demuestra la importancia del tema para su presidencia. La legislación probablemente será un asunto clave para las elecciones al Congreso de 2010 y la posible reelección de Obama en 2012.
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