La seguridad aérea, eje de un debate
WASHINGTON (ANSA).- La Cámara de Representantes y el Senado norteamericanos seguían ayer sin ponerse de acuerdo en la sanción de una ley para reforzar la seguridad aérea antes del Día de Acción de Gracias, el tradicional encuentro de las familias norteamericanas a fin de mes, cuando se registra el mayor volumen de vuelos del año.
Anteanoche, la Cámara dio el golpe de gracia a una ley aprobada por unanimidad por el Senado el 11 de octubre, a un mes de los ataques terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono, rechazándola por estrecho margen (218-214) y aprobando por amplia mayoría (186-139) la versión propiciada por la Casa Blanca.
El punto en discordia es la responsabilidad por los controles de seguridad en los aeropuertos.
El Senado se inclina a confiarla al gobierno federal, en los hechos al Departamento de Justicia, del cual también depende el FBI.
Por lo tanto, agentes federales entrenados en la tarea de garantizar la seguridad aérea serían los encargados de los controles.
Pero el presidente George W. Bush y la mayoría de los diputados republicanos insisten en que los controles sigan siendo administrados por las sociedades de seguridad privada, controladas por la Secretaría de Transportes.
Los republicanos más conservadores se resisten, presionando sobre sus colegas con un lobby cerrado, a la creación de una nueva fuerza federal de 28.000 agentes, prevista por la ley del Senado.
Las guardias privadas, asumidas por las compañías aéreas en peleadas licitaciones entre las competitivas sociedades privadas, estuvieron en los puestos de control el 11 de septiembre, cuando 19 kamikazes subieron a bordo de los cuatro aviones que se estrellaron contra sus objetivos, causando la muerte de más de 5400 personas.
Las dos versiones prevén otras medidas de seguridad, con matices, pero no con particulares diferencias, como el control de rayos X también de las valijas destinadas al equipaje de los aviones, criterios más severos que incluyen la presencia de agentes federales en los vuelos, el refuerzo de la puerta de la cabina del piloto y el permiso a portar armas a los pilotos.
El mayor riesgo ahora es la parálisis. Los demócratas más pesimistas, como el líder de la minoría en la Cámara Dick Gephardt, teme que ambas Cámaras "no alcancen nunca un compromiso".
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