Las prioridades económicas y los desafíos de política exterior de Biden, en sus propias palabras
WASHINGTON.- El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, estaba de buen humor cuando hablamos por teléfono la tarde del martes durante una hora. Se disculpó por haberse retrasado. Había estado pendiente de que el fiscal general William Barr acababa de anunciar que el Departamento de Justicia no había descubierto ningún fraude significativo que pudiera haber afectado los resultados de la elección presidencial. Se acabó.
Biden dijo en broma que Barr acababa de llamarlo: "Me preguntó si puedo ingresarlo al programa de protección de testigos por respaldarme". Después del huracán de afirmaciones deshonestas de los miembros del equipo de Donald Trump sobre los resultados de la elección, el presidente electo tenía derecho a reírse un poco a costa de ellos. Durante el resto de la conversación, habló completamente en serio.
Le formulé una pregunta personal: ¿Cómo ha sido ganar la presidencia en circunstancias tan extrañas (con una pandemia letal y una infodemia de propaganda)?
"Siento que he hecho algo bueno por el país al asegurarme de que Trump no sea presidente durante cuatro años más", dijo Biden. "Pero no ha habido un momento de júbilo. De alguna manera, me recuerda a lo que está pasando con todos mis nietos. Ya sabes, tengo una nieta que se gradúa con honores de la Universidad de Columbia. No hay discurso de graduación. Yo soy el orador. Es virtual. Estos chicos se están graduando sin un festejo. Hay mucho trabajo por hacer".
Exactamente cuánto logre hacer dependerá en gran medida de dos cosas, señaló Biden. Una es cómo se van a comportar los republicanos en el Senado y la Cámara de Representantes después de que Trump realmente deje el poder. Y la otra es cómo se comportará Mitch McConnell si continúa con el control del Senado.
La principal prioridad de Biden, en sus palabras, es lograr que el Congreso apruebe un paquete de estímulo generoso, incluso antes de asumir el cargo. Podríamos enfrentar un grave daño económico a largo plazo si no lidiamos con el hecho de que "hay más de diez millones de personas que están preocupadas sobre [cómo] hacer su siguiente pago de la hipoteca" y "hay un número significativamente más alto de personas que no pueden pagar su renta".
Biden fue cuidadoso acerca de cómo hablaba sobre McConnell, que a su vez ha sido cuidadoso de no llamar a Biden "presidente electo". Biden obviamente desea mantener abiertas las posibilidades de cooperación, pero también anhela dejar en claro que podría tener más apoyo del pueblo estadounidense del que el Partido Republicano reconoce si los senadores republicanos optan por una obstrucción total.
Sobre política exterior, Biden señaló dos puntos importantes. Primero, le pregunté si mantenía la postura sobre el acuerdo nuclear con Irán que expresó en un ensayo publicado el 13 de septiembre en CNN.com. Respondió: "Va a ser difícil, pero sí".
Escribió que "si Irán regresa al cumplimiento estricto del acuerdo nuclear, Estados Unidos podría volver a unirse al acuerdo como un punto de partida para continuar las negociaciones" y levantar las sanciones que Trump le impuso a ese país. Los iraníes, sin duda, esperan eso. El acuerdo nuclear (conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto) fue firmado en 2015. Trump retiró a Estados Unidos de manera unilateral en mayo de 2018 y reimpuso sanciones petroleras devastadoras contra Irán, al afirmar que era un mal acuerdo desde el principio y que Irán estaba haciendo trampa (que no era la postura de nuestros aliados europeos ni de los inspectores internacionales).
El punto de vista de Biden y su equipo de seguridad nacional es que cuando el acuerdo sea restaurado por ambas partes, tendrá que haber, en un tiempo muy breve, una ronda de negociaciones para buscar alargar la duración de las restricciones a la producción de Irán de material fisionable que pudiera ser usado para fabricar una bomba (originalmente 15 años), así como abordar las actividades regionales malignas de Irán.
Si Irán obtiene una bomba nuclear, agregó, pone una enorme presión sobre los sauditas, los turcos, los egipcios y otros para conseguir sus propias armas nucleares. "Y lo último que necesitamos en esa parte del mundo es una acumulación de capacidad nuclear".
Y agregó: "Al consultarlo con nuestros aliados y socios, vamos a establecer negociaciones y acuerdos de seguimiento para reforzar y extender las restricciones nucleares de Irán, así como abordar el programa de misiles". Estados Unidos siempre tiene la opción de restaurar las sanciones si es necesario e Irán sabe eso, agregó.
China
Sobre China, dijo que no actuaría de inmediato para eliminar los aranceles del 25% que Trump impuso a cerca de la mitad de las exportaciones de China a Estados Unidos ni la fase uno del acuerdo que Trump firmó con el país asiático que requiere que Pekín compre alrededor de 200.000 millones de dólares en productos y servicios adicionales de Estados Unidos durante el periodo de 2020 y 2021, un requisito en el que China va muy rezagado. "No voy a tomar ninguna medida inmediata y lo mismo aplica para los aranceles", dijo. "No voy a prejuiciar mis opciones".
Primero quiere realizar una revisión exhaustiva del acuerdo existente con China y consultar a nuestros aliados tradicionales "para que podamos desarrollar una estrategia coherente".
"Pienso que la mejor estrategia para China es una que logre que todos nuestros aliados [o al menos los que solían serlo] estén de acuerdo. Va a ser una prioridad importante en las primeras semanas de mi presidencia intentar ponernos otra vez en la misma sintonía que nuestros aliados".
Los líderes chinos tenían problemas con Trump, pero sabían que, mientras él fuera presidente, Estados Unidos nunca podría convocar una coalición global contra ellos. La estrategia de Biden, si puede ejecutarla, no será una buena noticia para China.
Mientras que Trump se enfocó en el déficit comercial con China, una tarea poco exitosa, a pesar de su guerra comercial, Biden dijo que su "meta sería buscar políticas comerciales que realmente produzcan avances en las prácticas abusivas de China".
Cuando se trata de lidiar con China, concluyó Biden, todo se trata de "influencia" y "desde mi punto de vista, no la tenemos todavía".
Sin embargo, parte de generar más influencia consiste en desarrollar un consenso bipartidista en Estados Unidos para tener una buena política industrial estadounidense (inversiones de gran tamaño dirigidas por el gobierno en investigación y desarrollo estadounidenses, así como infraestructura y educación para competir de mejor manera con China) y no solo quejarse de ello. Tanto los senadores demócratas como los republicanos tienen proyectos de ley que exhortan a ese tipo de estrategia. La industria estadounidense de semiconductores en particular ha estado haciendo lobby a favor de un enfoque similar.
"Quiero asegurarme de que vamos a pelear con todo al invertir en Estados Unidos primero", dijo Biden. Mencionó energía, biotecnología, materiales avanzados e inteligencia artificial como áreas listas para recibir inversión en investigación a gran escala de parte del gobierno. "No voy a ingresar a ningún nuevo acuerdo comercial con nadie hasta que hayamos hecho grandes inversiones aquí en casa y en nuestros trabajadores", así como en educación, comentó.
Además, esta vez, insistió, las áreas rurales de Estados Unidos no quedarán en el olvido. No es posible que los demócratas puedan pasar otros cuatro años y perder casi todos los condados rurales en Estados Unidos. Por su bien y por el del país, los demócratas tienen que averiguar qué está pasando ahí y hablar de manera más efectiva con los votantes rurales. "¿Sabes?, realmente se trata de dignidad, de cómo tratas a las personas", expresó Biden. "Los respeto", agregó Biden, y planea probarlo al "acabar con el virus" en "áreas republicanas y demócratas por igual".
Biden concluyó con reflexiones sobre cuán desagradables han sido los últimos cuatro años, primero con una perspectiva pesimista, pero después decidió que, al final, quién sabe, tal vez podemos ser optimistas.
"Setenta y dos millones de personas votaron por Trump", dijo. "Son muchas personas". Pero tal vez, solo tal vez cuando él se vaya del reflector principal, "no estoy tan seguro de que esa fealdad permanezca. Tal vez se verá un 20% de ella, o el 25%. No lo sé".
No obstante, alguna porción tiene que regresar a un lugar en el que podamos colaborar. “Tenemos que encontrar la manera de trabajar juntos”, dijo. De otra manera, “estamos en verdaderos problemas”.
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