Leopoldo López viajó la frontera para mantener la presión sobre Maduro
CÚCUTA, Colombia.- "La crisis no va a acabar hasta que no saquemos al dictador". El referente opositor Leopoldo López se trasladó a la frontera colombo-venezolana en el segundo día de su primera gira internacional, la misma frontera por la que huyó tras siete años de cárcel, arresto domiciliario y refugio en la Embajada de España.
Y lo hizo porque una cosa son los datos, las imágenes y las estadísticas de la diáspora de entre cinco y seis millones de venezolanos y otra cosa muy distinta es ver la gran tragedia en directo. El dirigente llegó a sólo 200 metros del país que lleva tatuado en su piel, de donde escapó a finales de octubre pasado en una operación suicida, como reconoció el presidente colombiano, Iván Duque.
Por un día, los papeles cambiaron. El político interrogaba a todos para intentar poner límites a la tragedia, para que lo ayudasen a dibujarla. Pero ésta no tiene límites si no se ve y no se siente, si no se presencia la huida de los caminantes con su vida a cuestas por tierras sudamericanas.
López aprovechó para conversar con emigrantes que se alimentaban con un plato de arroz y caraotas negras (judías) en un comedor recién abierto. "Aquí estoy, defendiendo nuestra lucha. Esta es la crisis más profunda y la que menos apoyo recibe. Por ejemplo, los sirios reciben 300 dólares por cada emigrante y por los venezolanos se están entregando 40 por persona. En Siria hubo una guerra, en Venezuela es una dictadura criminal. Y la crisis no espera, tenemos que seguir presionando para que el mundo voltee su mirada a lo que está pasando acá", explicó el antiguo prisionero político.
Ni siquiera la obligada mascarilla en un territorio que está en alerta roja, con nuevo toque de queda y sin una sola cama libre en cuidados intensivos en 200 kilómetros a la redonda, ocultaba sus emociones. López se entregó en 2013 a la Guardia Nacional después de darse un baño de multitudes en la plaza caraqueña de José Martí. En las pocas horas que estuvo en libertad durante la rebelión militar del 30 de abril de 2019 también recibió el entusiasmo de sus seguidores.
Un calor popular que volvió a sentir siete años y diez meses después en la frontera, convertida en el embudo de la tragedia venezolana. Bajo los gritos de "¡Libertad!", "¡Ayúdanos!", "¡Estamos pasado hambre!", "¡Fuera Nicolás!" y otros improperios de difícil reproducción contra Maduro, el líder de Voluntad Popular conoció cómo son los primeros pasos de la diáspora tras cruzar la frontera.
A pocos pasos del puente, conversó con la primera emigrante con la que se topó, que lo saludó con alegría. Andrea, la mamá de los gemelos Yoiker y Yoimer López, de cuatro años, le contó su periplo buscando una nueva vida que de momento se quedó en tierra de nadie. Llegaron caminando desde Maracay, a más de 700 kilómetros, porque no hay nafta en su país y porque el poco transporte existente se paga en dólares a precios inaccesibles.
Andrea y los niños López sobreviven gracias a las ayudas mientras intenta levantar un pequeño puesto de venta de agua. "¡Ayúdanos!", le imploró al dirigente opositor antes de que una muchedumbre los rodeara y se abrieran las emociones. "Necesitamos nuestro país", clamaba otra mujer sin parar de llorar, mientras decenas de teléfonos móviles sobresalían para retratar al recién llegado y grabar los cantos de libertad.
Tanto López como el presidente encargado Juan Guaidó saben que mucho de lo que venga en 2021 para la oposición está en juego conla consulta popular de mañana. López, comisionado presidencial, reunió a un nutrido grupo de dirigentes antichavistas y de líderes sociales en un local de Cúcuta para juramentarse, a voz en grito y uniendo sus manos: "Venezolanas y venezolanos, reunidos en Cúcuta, con hambre de libertad, asumimos hoy el reto de liberar a Venezuela y lograr que la consulta popular sea un éxito. ¡Qué viva Venezuela!".
López regresó a Bogotá con urgencia para coordinar mañana desde la capital colombiana la logística de la consulta en un país donde ya viven dos millones de sus paisanos. Hasta el momento es desde en interior del país donde más votación digital se ha llevado a cabo, pese a las restricciones de uno de los peores servicios de internet del mundo y de los bloqueos forzados por el régimen chavista.
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