Los "Brexit preppers" preparan sus valijas para mudarse a Escocia
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Ruth Morgan está extremadamente preocupada por el futuro de Inglaterra. Para ella, el Brexit podría resultar en algo semejante al fin del mundo: total desabastecimiento, una severa recesión y prácticamente puro caos. Hace tres años que se viene preparando para enfrentar la eventual salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). En su casa en Birmingham, tiene una pequeña habitación reservada para la comida, los medicamentos y "algunos lujos importados" como queso y vino, que podrían llegar a escasear en el futuro.
Pero últimamente, "con la llegada de Boris Johnson al poder y en especial con su más reciente victoria" –dijo a LA NACIÓN–, se siente "más pesimista que nunca". Así, comenzó a evaluar junto a su marido, Sam, la posibilidad de mudarse.
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"Amo a mi país, pero una ansiedad constante me impide dormir bien por las noches", expresó. Un lugar en particular captó su interés: Escocia. El país de colinas verdes y castillos medievales le ofrece "más bondades a tan solo un tren de distancia".
Sin embargo, hay un pequeño problema con la nación septentrional: al igual que Inglaterra, es parte del Reino Unido, por lo que no es una escapatoria al tan temido Brexit. A menos que, las promesas de la ministra principal, Nicola Sturgeon, se vuelvan realidad y consiga celebrar un segundo referéndum independentista a finales de 2020.
De hecho, Sturgeon presentó ayer una propuesta formal al primer ministro británico, Boris Johnson, quien inmediatamente la rechazó. "Queremos que 2020 sea un año de oportunidad, crecimiento y unidad para Escocia, no de más división", afirmó el gobierno británico.
En 2014, Escocia realizó un primer referéndum para determinar la separación del Reino Unido. En esa instancia, los deseos de permanencia superaron a los ánimos independentistas por el 55%. Pero el panorama ha cambiado desde entonces. El 62% de los escoceses rechaza el Brexit, por lo que el resultado de un segundo referéndum podría variar.
Ante la negativa de Johnson, la ministra principal escocesa no ha descartado llevarlo a los tribunales. Esta ruta conlleva riesgos, ya que el éxito no está garantizado, pero algunos en el Partido Nacional Escocés (SNP) insisten en esta alternativa.
Una cosa que Sturgeon ha descartado es un voto no autorizado. Ella dice que el ejemplo de Cataluña demuestra que "no conduce a la independencia".
"Supuse que un referéndum podría ser ignorado, pero incluso si Escocia no consigue la independencia, ahora me siento muy fuera de lugar donde vivo en Inglaterra"
Confundida con tantos resultados posibles, Morgan decidió acudir a sus amigos de Facebook, en particular a un grupo que la ha apoyado todo este tiempo: "48% preppers". El grupo cerrado de más de 10.000 miembros aglomera a todos aquellos que temen las peores consecuencias de la salida de la UE. Allí se dio cuenta de que no era la única que pensaba en Escocia como su próximo hogar.
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Kyly Reid tomó la decisión de mudarse en 2016. "Sin costos de matrícula, recetas gratuitas, atención social gratuita, caja para bebés y un gobierno que se preocupa y mitiga la austeridad de los Tory. Precios y alquileres más bajos de las casas, paisajes espectaculares y comida maravillosa. Múdate aquí, eres bienvenida, pero cuando vengas vota al SNP para que estos beneficios continúen", le respondió hace unos días.
Ivana Dragicevic se mudó desde Gales hace unos meses. "Definitivamente es un lugar mucho más amigable", dijo a LA NACIÓN. "Para aquellas personas procedentes de un país miembro de la Unión Europea y que deseen comenzar una carrera en la universidad, el gobierno escocés ofreces matrículas gratuitas".
Allan Toombs, sin embargo, quien tiene una visión más pesimista de la situación, advirtió a su compañera prepper: "La independencia escocesa no es un hecho, Boris puede ignorar al SNP. La prosperidad escocesa y la adhesión a la UE tampoco lo son. No hagas planes detallados, aún queda un largo camino por recorrer".
Más allá de la incertidumbre, decenas de miembros del grupo están considerando mudarse a Escocia, si es que ya no lo han hecho.
"Supuse que un referéndum podría ser ignorado, pero incluso si Escocia no consigue la independencia, ahora me siento muy fuera de lugar donde vivo en Inglaterra", respondió Molly Moo.
A pesar de la creciente alarma entre los integrantes del grupo, la migración neta del resto del Reino Unido a Escocia se mantiene relativamente constante (aunque las últimas cifras del Servicio Nacional de Migración escocés son de 2018). De hecho, la cantidad de personas que ingresaban a Escocia desde otras partes del reino era más alta en la primera década del siglo. En 2007 la migración neta fue de +29.000 mientras que en 2017, un año después del referéndum, fue de +21.800 personas.
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El impacto del Brexit sobre la composición de la población en la isla es motivo de preocupación para muchos expertos y políticos. Pero el gobierno del Reino Unido ha rechazado repetidamente los llamados a la devolución de los poderes sobre la inmigración por parte de los ministros escoceses, quienes argumentan que la economía de Escocia sufrirá un daño importante si el Brexit pone fin a la libre circulación de ciudadanos de la UE al Reino Unido.
Según los planes actuales del gobierno, los ciudadanos de la UE que ingresen al Reino Unido después de la fecha prevista para el Brexit del 31 de enero entrarán bajo las mismas condiciones al menos hasta 2021.
Pero, según el Instituto David Hume, la baja tasa de natalidad de Escocia, el rápido envejecimiento de la población y los niveles relativamente bajos de inmigración neta muestran que tiene necesidades claramente distintas de Inglaterra.