Los candidatos ignoraron otra vez la veda electoral
SANTIAGO, Chile (De una enviada especial).- Sucedió hace poco más de un mes y ayer se repitió. Fue como un cierre que nunca termina de cerrar.
La veda electoral había comenzado anteanoche, poco después los multitudinarios actos de fin de campaña. Pero ayer, indiferentes a la prohibición y apenas despuntaba el día, la candidata oficialista, Michelle Bachelet, y su rival de centroderecha, Sebastián Piñera, hicieron sus últimos esfuerzos para capturar los votos indecisos que pueden permitir a cualquiera de los dos acceder a la presidencia en las elecciones de mañana. Bachelet corre con ventaja: triunfaría con un margen del 6% de los votos, según señaló anteayer un sondeo.
Consciente de esas cifras, una sonriente y relajada Bachelet se dejó ver ayer, de nuevo, con el grupo de artistas españoles que participó de su masiva fiesta de cierre de campaña. "Yo quiero que mi gobierno sea colorido, alegre y lleno de colores como fue el acto", dijo la ex ministra de Defensa. Hace poco más de un mes, cuando la veda electoral irrumpía en el viernes anterior a la primera vuelta, una Bachelet más tensa se había enfrentado con dureza con Sebastián Piñera. Esta vez, sin embargo, la pediatra socialista evitó las confrontaciones. Ella, su equipo de campaña, el oficialismo y el gobierno parecen seguros de que mañana una victoria permitirá a la Concertación, de centroizquierda, gobernar Chile por cuatro años más.
Igual de confiado se mostró Piñera. Apuntando al voto femenino, visitó una asociación vecinal de mujeres en Santiago con Joaquín Lavín, su ex rival en la primera vuelta y actual aliado en la alianza de la centroderecha y la derecha. "El sueño del cambio que yo tenía, hoy lo interpreta Piñera", dijo Lavín, en quien Piñera delegó ayer las declaraciones, para dar una señal de unidad de su coalición.
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