Hoy y mañana se celebra el referéndum. Los italianos deciden si reforman su Constitución
Prodi se opone al nuevo texto, que es un proyecto de Berlusconi
ROMA.- En un nuevo desafío entre el primer ministro de centroizquierda, Romano Prodi, y el magnate y líder de la oposición de derecha, Silvio Berlusconi, 47 millones de italianos están llamados hoy y mañana a acudir a las urnas para votar en un referéndum en el que deberán decirle Sí o No a una controvertida y dramática reforma de la Constitución.
Aprobada el año último por la amplia mayoría que tenía el Cavaliere en el Parlamento, la reforma de la Carta Magna implica más poder para el premier y menos para el presidente y para el Poder Legislativo. Estipula además un mayor federalismo en la organización del Estado, como siempre exigió el líder de la Liga Norte (extrema derecha), Umberto Bossi.
La centroizquierda, que considera la reforma de Berlusconi un verdadero "monstruo jurídico", llamó compacta a votar por el No. Lo mismo hizo la mayoría de los constitucionalistas del país, e incluso intelectuales de la talla de Umberto Eco, que coinciden en que el Sí sería una verdadera "catástrofe", ya que la reforma "trastorna" el espíritu de la Carta Magna aprobada en 1948 y divide al país.
La reforma supone un cambio en 53 artículos del tratado y básicamente aumenta el poder del jefe de gobierno, que para asumir sus funciones ya no necesitará de un voto de confianza. La elección del premier, además, será directa y el mandatario tendrá derecho a disolver el Parlamento, a nombrar ministros (hasta ahora sólo los proponía) y a removerlos de sus cargos, competencias que hasta ahora tiene el presidente de la república.
Además, el candidato a primer ministro será claramente identificado en las papeletas de voto en las elecciones, y el jefe de Estado ya no podrá proponer a otro, sino que respaldará al aspirante más votado. El presidente, cuya edad mínima bajará de 50 a 40 años, asimismo, podrá disolver el Parlamento, pero sólo tras el pedido del premier o en caso de muerte o renuncia, o voto de confianza.
La reforma supone, además, un fuerte avance del federalismo que nadie sabe cómo podría financiarse, ya que prevé que las 20 regiones italianas puedan legislar sobre salud, educación y policía administrativa regional y local. La nueva carta magna también implica el nacimiento del Senado Federal, de 252 miembros (en lugar de los 315 actuales), y una reducción del número de diputados (de 630 a 518), y el virtual fin del bicameralismo perfecto.
La votación tendrá lugar en un clima político como siempre al rojo vivo. Por ejemplo, estalló una gran polémica porque el ex presidente y senador vitalicio Carlo Azeglio Ciampi, hombre conocido por su imparcialidad y muy respetado por todos, dijo públicamente que iba a votar por el No para "defender nuestra Constitución, que es bella, viva y más actual que nunca".
Anteayer, último día de campaña, Prodi llamó a votar por el No: "Es un referéndum importantísimo, la última meta de un round electoral que no termina más. Debe poner fin a un largo proceso en el cual estamos reconstruyendo el país", dijo.
Berlusconi, en tanto, llamó a votar por el Sí para que "el gobierno funcione mejor, porque el premier es débil y está al servicio de los partidos".
Como aquí el voto no es obligatorio, la complejidad de la propuesta de reforma, sumada al buen tiempo y al calor, podría resultar en una altísima abstención. La baja participación de todos modos no afectaría la consulta, ya que no es necesario ningún quórum para que sea válida.
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