Los mexicanos le piden al futuro gobierno sepultar la violencia
CIUDAD DE MÉXICO.- Un grito atragantado recorrió hoy el mítico Zócalo, donde miles de mexicanos se reunieron a sufrir, y terminaron festejando una derrota por goleada gracias a un gol coreano. México celebró una alegría transitoria con el pase de su selección a los octavos del Mundial, y se olvidó, al menos por unas horas, del final de una campaña presidencial teñida con sangre, que podría marcar una bisagra en la historia del país.
"Es como un alivio para nosotros, los mexicanos. Está muy tenso todo. No hay democracia", se quejó Angélica Medina, empresaria, 49 años, quien siguió el partido de la selección mexicana en la pantalla gigante del Zócalo, con sus dos hijos. "Todos vienen a robar", disparó.
A días de elegir un nuevo presidente, en México hay frustración, enojo y tensión, dice Medina. La gente dejó de creer, continúa, y ella siente que "ya no hay cosas buenas". El fútbol, apunta, con un dejo de resignación, al menos arranca una sonrisa. La campaña ha sido brutal: con 120 candidatos asesinados, México irá a las urnas bañado en sangre. Ha sido, además, una campaña marcada por el hartazgo, las "fake news", las denuncias cruzadas de los candidatos y el temor al fantasma del fraude.
"Ha sido una campaña muy sucia. Todos han sacado sus trapitos al sol", resume Medina. Sediento por un cambio, el pueblo mexicano se encamina a propinarle una bofetada histórica a los dos partidos tradicionales que se han dividido el poder hasta aquí, el PRI y el PAN. El "voto protesta" se palpa en la calle. Las encuestas dan como amplio favorito al líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, conocido como "AMLO", un histórico que logró vestirse de "outsider". La duda, aquí, es si llegará a quedarse con el poder total: Los Pinos y el Congreso.
AMLO tiene un 51,2% de intención de voto, según el promedio de sondeos de la agencia Bloomberg. Lo sigue el candidato de Por México al Frente –una atípica alianza entre el PAN, el partido de derecha, y el PRD, el frente de izquierda–, Ricardo Anaya, con el 25,5 por ciento. El candidato oficialista del PRI, José Antonio Meade, aparece tercero, con poco más del 20% de respaldo.
La corrupción, que acompañó con escándalo tras escándalo a la presidencia de Enrique Peña Nieto, y la rampante violencia han sido los dos grandes temas de la campaña. Mayo fue el más sanguinario en los registros oficiales: hubo 2890 asesinatos, o 93 por día. Peña Nieto fracasó en bajar el crimen, y tampoco cumplió con su promesa de apuntalar el crecimiento. De hecho, la pobreza aumentó en los últimos ocho años, y el país tiene, hoy, más de 50 millones de pobres. "La muerte del PRI, ahora sí", tituló su columna, días atrás, Jorge Zepeda Patterson, un analista político.
Alfredo Coutino Zavala, director para América latina de Moody’s Analytics, dijo a LA NACION que el gobierno de Peña Nieto "sobrevendió" el impacto de las reformas que propuso, que además debieron ser "adelgazadas" para poder pasar el Congreso. Faltó inversión, y el crecimiento fue "insuficiente" para mejorar los salarios de las familias.
"El crecimiento económico siguió siendo mediocre a lo largo de los seis años de Enrique Peña Nieto", resumió Coutino Zavala. "El problema mas grave fue la tremenda ola de corrupción que se desató a lo largo de la administración junto a la impunidad con se trató el problema por parte de las autoridades, lo cual ha ocasionado no solo terminar el periodo de gobierno con bajos niveles de popularidad sino también con un grado de descontento social muy alto. Esto muy posiblemente vaya a cobrar su costo en términos de votos de rechazo para el PRI", cerró.
En una de las esquinas del Zócalo, mientras la gente celebra la derrota de Alemania a manos de Corea del Sur que le dio a México el pasaje a los octavos de final del Mundial, Antonio, 60 años, atiende un quiosco de revistas. Hace lo mismo hace 30 años. Uno de los diarios sensacionalistas, "¡Pásala!", muestra en su portada a dos personas muertas, ensangrentadas, tiradas en el piso luego de ser baleadas a metros del Ministerio Público, en pleno centro.
"Muy difícil todo", dice Antonio, quien prefiere no dar su apellido. Antonio teme que haya fraude, y dice que ni el PRI ni el PAN le convienen a nadie. "Nos han pegado mucho. No por nada le dice el PRIAN", fustiga. No recuerda tanta violencia como la de ahora. La gente está cansada, afirma. "Lo veo muy difícil", insiste. Define el presente con una frase cruda: "expectativa en el vacío". El gobierno de Peña Nieto llevó a los mexicanos "a la miseria", lamenta. "¿Qué podemos esperar? Está difícil, ¿no?", repite.
Antonio votará a AMLO. "Es intolerante. Es inestable. Pero es el menos peor. Es el menos", justifica.
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