Los niños marcharon contra los secuestros
Víctimas: un millón de alumnos salió a las calles para protestar contra la guerrilla; no hubo clases en 5000 colegios.
BOGOTA (AP).- Tres millones de alumnos de más de 5000 colegios privados colombianos faltaron a clase ayer y más de un millón salió a las calles para protestar contra los secuestros y la violencia guerrillera, de la que también son víctimas los niños.
La jornada fue convocada para protestar por varios casos recientes de violencia contra estudiantes, entre ellos el secuestro del "líder estudiantil por la paz" Dagoberto Ospina, de 9 años, efectuado en Cali la semana última por desconocidos cuando viajaba en un ómnibus escolar.
El arzobispo de la ciudad colombiana de Cali (sudoeste), monseñor Isaías Duarte, reclamó prisión perpetua para los secuestradores de niños. "Los secuestradores de niños deberían ser castigados con la prisión perpetua, porque el que captura a un menor está atentando contra el futuro del país", dijo el prelado a los periodistas.
Menos de un mes antes de ser capturado por tres hombres armados que abordaron su ómnibus escolar, el niño Dagoberto Ospina dibujó un cartel que mostraba a un muchacho amordazado, lloroso y con las manos encadenadas.
El cartel formaba parte de un proyecto escolar destinado a denunciar los secuestros de niños en Colombia, cada vez más frecuentes, realizados con el fin de obtener rescates.
El secuestro de Ospina desató una oleada de indignación nacional ante el hecho de que los niños sean también víctimas de las acciones de guerrilleros, narcotraficantes y criminales comunes.
Sesenta niños y adolescentes fueron secuestrados en los tres primeros meses de este año en Colombia, lo que representa un aumento del 33% respecto a igual período de 1999, según el grupo independiente antisecuestros País Libre.
En Colombia, que tiene la tasa de secuestros per cápita más alta del mundo, se registraron el año último, según los informes, 2945 capturas. El 7% de ese total fueron niños.
Cali, la tercera ciudad colombiana, ubicada a unos 300 kilómetros al sudoeste de Bogotá, se ha convertido en un escenario particularmente peligroso al encabezar las estadísticas en secuestros de menores en el primer trimestre con 13 niños retenidos, ocho de ellos a manos de grupos guerrilleros.
"Esto es coherente con la lógica de la guerra", afirmó la psicóloga infantil Nidia Quiroz, funcionaria del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Bogotá. "Mientras avanza el proceso de paz los guerrilleros quieren mostrar más fuerza y necesitan más dinero."
El gobierno del presidente Andrés Pastrana ha dicho que el secuestro será tema primordial en la mesa de negociaciones que desde inicios de 1999 lleva con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), responsable por casi la mitad de los secuestros extorsivos.
Efecto dominó
"Esto tiene una especie de efecto dominó con los criminales comunes", dice Quiroz. "Y dentro de la cultura colombiana del dinero fácil, los niños son como una mina de oro. Los padres pagan lo que sea por recobrar a sus hijos".
El gobierno respondió con la creación de un cuerpo de elite de 70 agentes para combatir los secuestros en Cali, pero el gesto parecería hacer muy poco para frenar los fundados temores sobre la seguridad de los niños colombianos.
Ya los menores no juegan al aire libre tanto como antes, sino que sus padres los mantienen dentro de sus casas y departamentos.
César Ramírez, de diez años, extraña jugar al fútbol con su amigo Dagoberto. Hace dos años, César le preguntó a su padre por esos hombres armados que aparecían en los noticieros. Tras escuchar la respuesta, el niño decidió unirse junto con Dagoberto a un grupo escolar llamado "Forjadores de la Paz".
César explica que el objetivo del grupo en el colegio Alférez Real es lograr que los adultos los escuchen, porque los niños también tienen ideas y quieren estar fuera del conflicto.
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