Los nuevos riesgos económicos a diez años del colapso
WASHINGTON.- En 2008, el sistema financiero fue puesto de rodillas por inversiones con acrónimos misteriosos y de composición tóxica. Hoy, los riesgos sobre la prosperidad mundial tienen palabras conocidas como China , países emergentes, Brexit y Donald Trump .
Desde la crisis de 2008 -que dejó en la calle a decenas de miles de personas, privó de trabajo a cientos de millones y quemó billones de dólares de riqueza-, la economía está recuperada y consolidada. En julio pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo en 3,9% su expectativa de crecimiento mundial para este año y el que viene.
Sin embargo, "el riesgo de que las tensiones comerciales se intensifiquen [...] representa a corto plazo la mayor amenaza para el crecimiento mundial", decía Maurice Obstfeld, economista jefe del FMI.
Esa preocupación es compartida por la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos. "Si se prolongara un conflicto comercial de envergadura, provocaría efectos adversos en la confianza de las empresas, en las inversiones y en el empleo", advirtió.
Eso es verdad tanto para Estados Unidos como para el mundo. Desde que entró a la Casa Blanca, en enero de 2017, Trump se puso en pie de guerra contra los socios comerciales de Estados Unidos sin diferenciar entre aliados y rivales.
Un ejemplo es la negociación comercial con Canadá. Trump considera nefasto y forzó a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés), que vincula desde 1994 a su país con México y Canadá.
Cuando el viernes pasado Washington y Ottawa parecían a un tris del acuerdo, comentarios de Trump que desagradaron a Canadá impidieron alcanzarlo. El magnate también dijo que la Unión Europea es un enemigo comercial justo cuando Bruselas enfrenta problemas vinculados al Brexit. Además, el presidente considera aplicar aranceles a más productos chinos, lo cual, a su vez, desatará la inmediata represalia de Pekín contra productos norteamericanos.
Un coro de organismos internacionales, economistas, empresarios y gobiernos advierte que una guerra comercial terminará perjudicando a la producción, a los consumidores y a toda la economía del planeta.
Cuando el banco estadounidense Lehman Brothers quedó librado a su suerte el 15 de septiembre de 2008, la amplitud del desastre se tornó visible. Gigantescas sumas de dinero habían sido invertidas en productos financieros que estaban respaldados por hipotecas conocidas como subprime concedidas a estadounidenses que compraron su casa con poca o nula solvencia para pagarla.
Cuando la Fed encareció el costo de los créditos, el castillo de naipes se derrumbó. Quienes vivieron la Gran Depresión no tienen certeza sobre qué puede provocar nuevamente un desastre de tamaña amplitud.
"Parafraseando a Tolstoi, todos los mercados felices son idénticos, pero cada mercado en crisis es diferente", dice Nicolas Colas, de DataTrek Research.
Inquietud
La economía norteamericana funciona con una tasa de desempleo en torno a 4% y las acciones no paran de romper récords en Wall Street. El sistema bancario se saneó y es el sector "más reglamentado después del de la electricidad", según Steve Eisman, un financista que se enriqueció con la crisis de 2008.
La ley Dodd-Frank de 2010 redujo la toma de riesgos de los bancos y los obligó a contar con mecanismos de seguridad. Además, surgió una agencia de protección de los consumidores, a la cual Trump quiere acotarle poderes como ya lo hizo en varios sectores.
Aaron Klein, de Brookings Institution, dice estar inquieto: "No sé qué causará la próxima crisis, pero estoy seguro de que no serán los tulipanes de Holanda ni las subprime".
La llamada "crisis de los tulipanes" se produjo en Holanda en el siglo XVII, cuando se disparó el valor del bulbo de esa flor y generó una ola especulativa que terminó en una fenomenal crisis.
Con la certeza de que puede haber una nueva crisis, Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group, teme que el clima de división política azuzado en gran medida por Trump complique dar una respuesta coordinada, como pasó en 2008.
"Hay bastante estabilidad política en el mundo para dar grandes titulares en las tapas del día. Pero estoy menos convencido de ello para la próxima crisis", estimó.
Christophe Vogt
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