Los peligros del arsenal de Saddam
Por Henry Raymond
WASHINGTON.- La información de que el régimen de Saddam Hussein dispone de un arsenal de armas biológicas mucho mayor que el divulgado hasta ahora fue un factor predominante en la decisión del presidente Bill Clinton de ordenar los ataques contra Irak, en opinión de fuentes diplomáticas.
Según estas fuentes, Clinton había recibido "pruebas fehacientes" de la presencia del arsenal y había confiado esta inquietud a por lo menos dos de sus pares latinoamericanos.
"Nos enteramos de que Clinton viene sintiendo una profunda preocupación, para no decir alarma, por el arsenal de armas químicas almacenado por el gobierno de Bagdad", confió una fuente diplomática, que habló con la condición de no ser identificada. La revelación adquiere especial importancia a la luz de las críticas y del escepticismo con que fue recibida la decisión de Clinton de atacar a Irak, que sus adversarios políticos consideran fue una excusa para salirle al paso al proceso de juicio político.
Uno de los primeros presidentes que se solidarizó con la orden de Clinton de bombardear a Bagdad y otros blancos en Irak, donde los estrategos del Pentágono consideran que Saddam tiene almacenados sus arsenales, fue Carlos Saúl Menem, que en 1991 envió una fragata argentina como acto solidario con la Guerra del Golfo Pérsico.
El embajador argentino, Diego Guelar, que prepara la visita de Estado que Menem iniciará el 11 del próximo mes a este país, confirmó que Clinton había precisado su preocupación por el arsenal encubierto de Irak en octubre último, en Washington, cuando el mandatario argentino habló ante el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Las advertencias de Clinton coinciden con las conclusiones de los inspectores de las Naciones Unidas (ONU) de que Irak tiene escondida "de dos a cinco veces la cantidad de mortíferos agentes biológicos" que el gobierno iraquí había admitido.
Va mucho más lejos
La opinión de los inspectores fue recogida por Judith Miller, la connotada experta en el tema de Medio Oriente de The New York Times, que en un artículo presentó a los funcionarios confirmando que el arsenal de armas químicas y biológicas iba "mucho más lejos" que lo que Clinton había mencionado en su alocución.
"A algunos diplomáticos bien informados no les sorprendió para nada la orden de Clinton de adoptar medidas bélicas, a la luz de la renuencia de Saddam de cumplir con sus promesas a la ONU", manifestó la fuente.
Se estima que esto pudo ser una referencia no tanto a los contactos entre la Casa Blanca y Menem, como a la reunión privada que Clinton tuvo con su par brasileño, Fernando Henrique Cardoso, en junio último, cuando los dos mandatarios se reunieron en Camp David.
Algunas versiones que se filtraron de ese encuentro indicaron que Cardoso quedó "profundamente impresionado" con los argumentos de Clinton de que las armas bioquímicas, así como la transferencia de la tecnología nuclear a terceros países, representaban el peligro más grave para la paz y la seguridad mundiales en el siglo venidero.
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