Los próximos cuatro años podrían ser mejores
NUEVA YORK.- El discurso de Bill Clinton frente a la convención demócrata fue una notable combinación de información sesuda y minuciosa y de chicanas memorables.
Tal vez la mejor de esas chicanas haya sido su sarcástico resumen del argumento republicano para oponerse a la reelección de Obama: "Nosotros le dejamos un desastre total. Él no limpió lo suficientemente rápido. Así que despídanlo y póngannos de nuevo a nosotros".
Excelente frase. Pero ¿realmente están limpiando ese desastre? Creo que sí. Muy probablemente, los próximos cuatro años serán mejores que los anteriores, salvo que se adopten políticas equivocadas que generen un nuevo desastre.
Y al afirmarlo no pretendo excusar los errores. La creación de empleo es muy lenta y el desempleo mucho más alto de lo que debería haber sido, a pesar del desastre que heredó Obama.
Primero repasemos todo lo que ha logrado. Cuando asumió, en 2009, la economía del país enfrentaba tres problemas principales. El primero era la crisis del sistema financiero y el congelamiento de las mayores vías de financiamiento.
El segundo era el impacto que sufría la economía a causa del estallido de la burbuja inmobiliaria. Y en tercer lugar, el consumo familiar estaba frenado por el alto nivel de endeudamiento hipotecario, gran parte del cual se había contraído durante la burbuja de la era de George W. Bush.
El primero de estos problemas se resolvió con bastante rapidez, por un lado gracias a los cuantiosos préstamos de emergencia de la Reserva Federal, y sí, también gracias a los tan demonizados rescates bancarios. Hacia fines de 2009, la presión financiera había vuelto más o menos a sus niveles normales.
Esa vuelta a la normalidad en el sistema financiero no generó, sin embargo, una recuperación económica vigorosa. Las recuperaciones rápidas suelen ir de la mano de un boom de la construcción, pero dada la sobreoferta de viviendas construidas durante la burbuja, simplemente no podía suceder. Mientras tanto, los hogares hacían esfuerzos por achicar sus deudas, lo que deprimía la demanda. Así llegó a su fin la caída libre de la economía, pero la recuperación siguió siendo floja.
Las buenas noticias son éstas: es probable que las fuerzas que frenaban la economía retrocedan en los próximos años. La construcción de viviendas nuevas ya se ha mantenido en mínimos históricos por años, así que la resaca de los años del boom es cosa del pasado, y hay indicios de que la construcción empieza a recuperarse.
¿Y la inversión privada? Las empresas se vienen recobrando rápidamente desde fines de 2009, y todo indica que así seguirán, a medida que vean que aumenta la demanda de sus productos. Por lo que Bill Clinton tenía razón el miércoles: frente a todos los sufrimientos padecidos durante su mandato, Obama puede atribuirse el haber ayudado a atravesar esta época tan dura, de la que se empieza a resurgir.
Traducción de Jaime Arrambide
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