Los vices de Trump y Hillary, confiables y sin vuelo propio

NUEVA YORK.- Mike Pence y Tim Kaine tienen algo en común: ambos se jactan de ser aburridos.

Este año, a diferencia de elecciones anteriores, los candidatos a vicepresidente de Estados Unidos -anoche se vieron las caras en su único debate- no sobresalen por sus pergaminos, sus declaraciones picantes o su carisma, sino por su notable escasez de pompa. De hecho, Pence, el compañero de fórmula de Donald Trump, y Kaine, ladero de Hillary Clinton, fueron elegidos para el trabajo, en gran medida, por ser figuras confiables y sin mucho vuelo propio. Apuestas seguras.

"Soy aburrido", reconoció Kaine, poco antes de ser seleccionado por Clinton. Pence se presentó en la convención republicana como la antítesis de Trump. "Saben, él es un hombre conocido por su gran personalidad, su estilo colorido y su carisma. Así que, me imagino, estaba buscando algo de equilibrio para la fórmula", bromeó.

Ambos candidatos tienen largas trayectorias políticas y son fieles representantes de las ideologías que distinguen a sus partidos.

Pence, de 57 años, es un conservador duro. Se define como "cristiano, conservador y republicano, en ese orden". Su medida más emblemática y polémica es una ley que permite a los dueños de negocios utilizar su religión para negarse a atender a un cliente. La ley, llamada "restauración de libertad religiosa", desató protestas y fue denostada por progresistas y organismos de derechos humanos por servir como instrumento de discriminación contra la comunidad gay.

Pence defendió esa ley y otra que prohibió los abortos en Indiana, cuando el motivo es una discapacidad o anomalía genética del feto. Un juez federal impidió luego que se implementará esa medida al considerar que violaba el derecho a abortar de las mujeres, reconocido por la Corte Suprema de Justicia.

En 2001, cuando integraba la Cámara de Representantes, Pence escribió una columna a favor del tabaco en la cual afirmó que "fumar no mata", y advirtió: "Un gobierno lo suficientemente grande para ir contra los fumadores es suficientemente grande para ir contra ustedes".

Clinton presentó a Kaine, actual senador por Virginia, de la misma manera en la que se presenta ella: un progresista dispuesto a ceder para construir progreso. Esa faceta genera desconfianza en el ala más radical de los demócratas, que ven en Kaine y en Clinton a dos políticos no del todo comprometidos con las banderas de la izquierda.

Kaine, de 58 años, es uno de los pocos políticos que ha sido alcalde, gobernador y senador. En 1980 dejó Harvard, donde estudió Abogacía, para unirse a los jesuitas como misionero en Honduras, una experiencia que lo marcó y de la cual se llevó un pulido español que ha utilizado seguido en la campaña.

Su fe católica chocó en más de una ocasión con su tarea política. Kaine se opone a la pena de muerte, pero como gobernador de Virginia permitió la ejecución de 11 hombres. Kaine se opone al aborto y ha defendido en el pasado leyes para restringirlo, pero, como demócrata, respeta el derecho de las mujeres a elegir y ha votado a favor de los programas federales que respaldan el aborto.

Pence le aporta a Trump un vínculo con el establishment republicano y con la base conservadora del partido, además de su experiencia en el Congreso y como gobernador. Kaine le brinda a Clinton una mayor fortaleza en Virginia, un "swing state", además de su cintura política para navegar el Congreso. Ambos, además, han probado fidelidad como compañeros de fórmula, sin llegar a mover la aguja para uno u otro lado. Como ocurre con las apuestas seguras.

Compañeros de bajo perfil

Mike Pence

• Gobernador de Indiana
• Se define como "cristiano, conservador y republicano"; le garantiza a Donald Trump buena llegada con el establishment del partido y diálogo con el Congreso

Tim Kaine

• Senador por Virginia
• Católico y ex misionero jesuita, sin embargo permitió la ejecución de 11 hombres en Virginia y aprobó programas federales en el Senado que respaldan el aborto