Un año después de los atentados de Madrid, los investigadores españoles creen haber esclarecido los aspectos clave del peor ataque terrorista en la historia del país.
Las explosiones del 11 de marzo de 2004 dejaron 191 muertos y 1800 heridos.
Más de 70 personas han sido arrestadas en una investigación que se extendió por seis países y que ya ha producido unas 40.000 páginas de documentos legales.
Hace poco, el juez Juan del Olmo publicó un informe con importantes hallazgos, lo que dio pie a pensar que un juicio podría comenzar antes de finales de este año.
Según la fiscal Olga Sánchez, "no hay duda" de que detrás de los ataques hay militantes islamistas.
Están "muy cerca de saber qué paso", le dijo Sánchez el miércoles a la cadena de radio española SER, durante la que fue su primera entrevista desde los ataques.
Local e internacional
Los investigadores creen que los ataques fueron cometidos por una red islámica radical con sede en España y de origen esencialmente norteafricano.
La revista española Tiempo de Hoy informa que, según las conclusiones iniciales del juez Del Olmo, tres grupos estuvieron implicados en la preparación y ejecución de los atentados.
Unos cuantos sospechosos, españoles de nacimiento, han estado involucrados en el abastecimiento de los explosivos, material que los atacantes empaquetaron en 13 mochilas antes de dejarlas a bordo de los cuatro trenes afectados.
En noviembre, uno de los españoles, de 16 años y apodado "el gitanillo", fue sentenciado a seis años en un correccional por ayudar al transporte de material explosivo desde el norte de España hasta Madrid.
Los investigadores españoles dicen que los hombres arrestados en relación con los atentados tienen vínculos con actividades terroristas fuera de España.
En diciembre, el juez Del Olmo acusó al presunto líder del grupo marroquí autor de los ataques.
El Grupo Islámico Marroquí de Combate, que presuntamente está vinculado a la red Al-Qaeda, ha sido también acusado por las explosiones de Casablanca, en mayo de 2003.
"Prefiero morir"
A lo largo del último año el público ha llegado a conocer otros detalles de la investigación que parecen arrojar luz sobre la motivación de los atacantes.
El juez Del Olmo falló que las explosiones respondieron al apoyo a la guerra en Irak del anterior gobierno conservador.
Una sección del informe que el juez publicó en febrero da cuenta de una carta, escrita por uno de los sospechosos y dirigida a su esposa e hijos, que supuestamente pretendía ser una suerte de nota de despedida.
"No puedo continuar viviendo como una persona débil y humillada... prefiero la muerte a la vida", escribió Abdennabi Kounjaa.
"Confío en que sigas mis palabras, mis actos y la Yihad islámica, y en que los tiranos de Occidente se conviertan en tus enemigos", decía el escrito.
Kounjaa murió junto a otros seis sospechosos al hacer explotar el propio apartamento en que se encontraban, durante una redada policial en el barrio madrileño de Leganés, el pasado 3 de abril.
Según algunos informes, la célula operativa del grupo fue prácticamente desmantelada con esa explosión, y los principales actores de los atentados están o muertos o encarcelados.
El presunto cerebro de los ataques del 11-M, un tunecino llamado Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, murió también en la explosión de Leganés.
Uno de los sospechosos, Rabei Osman Ahmed, un experto en explosivos, fue extraditado desde Italia el pasado diciembre.
Y otro de los principales sospechosos, Jamal Zougam, permanece detenido a la espera de la presentación final de cargos.
"No podemos bajar la guardia"
Según informa la agencia de noticias Reuters, ahora la policía está investigando a los sospechosos de otros casos, acusados de pertenecer a la red Al-Qaeda o al Grupo Islámico Marroquí de Combate.
A pesar de los avances logrados en el desmantelamiento de células islámicas terroristas en España y en otros lugares de Europa, los expertos de la lucha antiterrorista insisten en que continúa la amenaza de ataques similares.
Quedan por identificar al menos cinco sospechosos de los atentados de Madrid, y los expertos creen que el verdadero alcance de la red terrorista involucrada en las explosiones del 11-M está todavía por determinarse.
"No podemos bajar la guardia", recordaba la revista Tiempo de Hoy.