Maduro ajusta su gabinete para hacer frente a la crisis

CARACAS.- Bajo la sombra del asesinato , el lunes pasado, de la ex Miss Venezuela Mónica Spears, Nicolás Maduro emprendió anoche la reforma de su gobierno. Pero el cambio no fue tal y el presidente apostó por el continuismo, tan habitual en la revolución, al confirmar como ministro de Interior al general Miguel Rodríguez Torres, en el ojo del huracán tras el crimen que conmocionó al país.

El primer objetivo del militar, que fue íntimo de Hugo Chávez y uno de los más poderosos del chavismo, será llevar a buen puerto un encargo especial del presidente: su anunciado plan de pacificación. "Nos veremos el 4 de febrero [aniversario del golpe de 1992] para aprobarlo", apostó el mandatario, lo que provocó las inmediatas quejas de la oposición.

"El 4 de febrero fue un acto de violencia. ¿Cómo pretenden usarlo para hablar de paz", protestó el jurista José Ignacio Hernández.

El presidente, quien se ufanó de que sus nuevos ministros son "todos hijos de Chávez", sólo adelantó la primera tanda de cambios. "En los próximos días completaré los ajustes para la batalla económica", confirmó. Eso sí, ya dejó bien claro que serán militares los encargados de luchar contra la "guerra económica" de la burguesía.

El nuevo gabinete es una formación continuista con varias incógnitas abiertas. La principal es quién ganará la disputa económica entre ortodoxos, representados por Jorge Giordani, y los pragmáticos, liderados por Nelson Merentes. Estos últimos llevan varios meses sumando una derrota tras otra.

Lo que casi nadie pone en duda es que el nuevo gabinete confirmará el reparto de poder alcanzado durante la agonía del líder de la revolución con el Pacto de La Habana: Jorge Arreaza (casado con la hija mayor de Chávez), como vicepresidente ejecutivo; Rafael Ramírez, a cargo de la economía e inamovible al frente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), y Elías Jaua, que ya era canciller y que además se convirtió en protector de Miranda para obstaculizar la gestión del gobernador Henrique Capriles.

Ayer Venezuela vivió una jornada trepidante en la que se mezclaron noticias políticas y policiales, hasta que saltó la sorpresa a través de la cuenta de Twitter del propio Maduro: "He recibido las cartas de todos los ministros poniendo su cargo a la orden para facilitar la renovación del gobierno en este año que se inicia".

El objetivo del mandatario es reforzar su equipo de cara a un año sin elecciones a la vista, pero con una cuesta arriba económica tan empinada como las cimas alpinas del tour de Francia: inflación del 56,2%, escasez y desabastecimiento de alimentos y productos básicos, dólar paralelo a 66,43 por billete verde cuando el cambio oficial sigue fijo en 6,3...

El presidente agradeció los servicios prestados a los salientes y "el esfuerzo y la lealtad que demostraron en estos tiempos de revolución".

"Los ministros pusieron sus cargos a la orden. Luego le dieron vueltas a la ruleta y los enroscaron de nuevo. Mismas caras, mismos errores", ironizó el opositor Miguel Pizarro.

Y no le falta razón: la almirante Carmen Meléndez continúa al frente de Defensa; Fidel Barbarito, en Cultura, y Andreína Tarazona, en Mujer...

Tampoco sorprende la confirmación de la responsable de Comunicación, Delcy Rodríguez, también en entredicho tras publicar, hace unos días, la polémica lista de los viajes navideños de opositores, empresarios y periodistas. "¡Estamos orgullosos de vivir y amar a Venezuela, de ser venezolanos! ¡Frente al odio de quienes no quieren al país, nosotros gritamos viva Venezuela!", arengó ayer poco antes de conocer su buena noticia.

Estaba tan eufórica como Antonio "El Potro" Álvarez, antiguo jugador de béisbol y cantante mediocre, que se sumó a la clásica rotación de ministros. Desde ayer es el nuevo titular de Deportes, en sustitución de Alejandra Benítez, gloria olímpica local arrastrada por la corrupción de su ministerio.

La reforma del gobierno se inicia dos días después del asesinato de la ex Miss Venezuela Mónica Spear y de su marido, que ha conmocionado al país. Y no es casual. Algunos analistas políticos consideran que es una "maniobra de distracción".

"Aquí nadie se va a rendir, menos ahora que tenemos patria", añadió el mandatario horas después de su anuncio. Maduro aprovechó las críticas a la violencia que sufre Venezuela para reivindicar su "orgullo" de ser venezolano. Y lo hizo apoyándose en el tren ministerial, que fue creciendo junto a Hugo Chávez y que ahora es uno de los más largos del mundo. En su interior los cambios y enroques son constantes y las incorporaciones de nuevas figuras, contadas.

El primer mandatario fue criticado con dureza en las últimas horas, pese a haber convocado a gobernadores y alcaldes de la oposición ante la crisis de violencia que vive el país. El presidente dejó a unos y a otros en Miraflores tras dos horas de su habitual homilía revolucionaria para asistir a la fiesta cubana del 55º aniversario del triunfo de Fidel Castro.

Del editor: cómo sigue.