La crisis en Venezuela / Discurso ante la asamblea nacional. Maduro apuesta a una devaluación en la sombra
Anunció que mantendrá el tipo de cambio a 6,30 bolívares por dólar, pero su valor llegaría a 11 bolívares en las subastas del Sistema Complementario de Divisas
CARACAS.- En medio de la gran expectativa que había por su discurso ante la Asamblea Nacional, el presidente Nicolás Maduro adelantó ayer que mantendrá el cambio oficial a 6,30 bolívares por dólar durante todo el año: una apuesta del nuevo gabinete económico que esconde una devaluación "solapada", al optar por las subastas del Sistema Complementario de Divisas (Sicad), donde el valor del dólar llegaría a 11 bolívares, y por la desaparición del omnipresente Cadivi durante una década, el órgano que administraba las divisas y que estaba condenado a muerte.
"Maduro opta por la peor vía: mantener el dólar a 6,30. ¿Qué significa? Que la impresión de billetes desde el Banco Central de Venezuela (BCV) va en aumento", señaló el economista Asdrúbal Oliveros. "El gobierno se decanta por mantener el dólar a 6,30 para no anunciar una devaluación explícita, pero fortalece el Sicad", explicó Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis.
Maduro confirmó al zar económico, el vicepresidente Rafael Ramírez -también presidente de la estatal Pdvsa-, y anunció la caída del pragmático Nelson Merentes, que perdió la batalla frente a los ortodoxos: deja de ser ministro para volver al BCV. El nuevo hombre fuerte de Economía y Finanzas será Marco Torres.
Los primeros análisis de los economistas sostienen que Venezuela jugará con dos tipos de cambio, a 6,30 para alimentos y medicinas, y otro más alto, el del Sicad, en torno a 11 bolívares por dólar. "Trasladar al Sicad los requerimientos de divisas es una devaluación solapada", afirmó el experto Jesús Casique.
Venezuela mantiene un férreo control de cambio desde 2003, pero los largos trámites de obtención de dólares produjeron cuellos de botella para importadores y productores locales que necesitan moneda extranjera para comprar materias primas o productos del exterior.
En tanto, el presidente también anunció, para regocijo de sus diputados e invitados, que "en las próximas horas saldrá en la gaceta oficial la ley de precios justos, con las normas para que las ganancias tengan un máximo del 30%". La ministra Andreína Tarazón dirigirá un nuevo organismo de Superintendencia de Precios Justos. "Un millón de inspectores, todo el pueblo inspector", clamó Maduro.
En su primera comparecencia parlamentaria de envergadura en este año, la "Memoria y Cuenta 2013" (una especie de debate del estado de la nación), Maduro leyó hasta las comillas para añorar a Hugo Chávez y para atacar sin freno a la oposición y a los medios independientes, tras enfatizar que el chavismo no pretende eliminar la democracia.
El balance de la gestión del "hijo de Chávez", que había despertado gran expectativa ante el anuncio de medidas económicas, se convirtió en una nueva reivindicación de la revolución bolivariana y en un ejercicio de justificación ante la grave crisis que padece el país, víctima según la narrativa revolucionaria de "la más brutal y despiadada guerra económica, de odio contra el pueblo".
Capitalismo salvaje frente a revolución humanista, según se empeñó en justificar Maduro, que no reconoció ninguna culpa económica y desvió todos los problemas a otros factores políticos y empresariales.
"Alerta, pueblo, para las batallas pendientes del presente y del futuro", advirtió, tras vincular a la "burguesía parasitaria" con el "funcionariado corrupto" del chavismo. "Vamos con mano de acero, que no nos tiemble ninguna decisión. No habrá arrepentimiento. A las mafias no les importa la alimentación de nuestro pueblo", acusó en el mismo día que Venezuela se llenaba de colas en busca de esos mismos productos básicos.
"Ante los embates de la facción apátrida, pasamos a la ofensiva. Frente a cada agresión, debe surgir una ley para enfrentarla. Hoy contamos con una ley habilitante para enfrentar tanto abuso, tanto atropello. Cuando la ley me autoriza, no conozco imposibles", dijo.
Maduro insistió en que la llamada burguesía camufla sus objetivos políticos detrás de "delincuentes": esconde los alimentos, especulan con los precios?
"Se equivocaron los enemigos del gigante [por Chávez], la revolución no desapareció", indicó el presidente, al enfatizar varias palabras (paz, democracia, amplias libertades) que la oposición pone en absoluta tela de juicio.
"Fue el año más difícil para la revolución bolivariana. Nada puede compararse con la magnitud de la pérdida que tuvimos: la desaparición física del comandante supremo. Desaparecía nuestro padre y guía, el grande hombre que siempre nos señalaba el camino, el más amoroso entre los amorosos", leyó con alguna dificultad el presidente, lleno de ímpetu, pero poco acertado con sus giros y palabras.
Hubo ataques constantes contra la oposición y la burguesía, que en el discurso chavista se confunden de forma voluntaria. Y también contra el imperio, incluso gritando un "honor y gloria a Martin Luther King", cuyo aniversario de su nacimiento se celebraba ayer.
"Tanto que repites la palabra independencia y cada día es más evidente tu intención de convertirnos en una colonia cubana", contestó el diputado opositor Julio Borges, vía Twitter, a pocos metros del presidente. El dirigente de Primero Justicia fue saludado por Maduro en su entrada al hemiciclo.
lanacionar