Maduro retoma la ofensiva: expulsó al embajador alemán y arrestó a un periodista
El diplomático había recibido a Guaidó el lunes y el reportero norteamericano, corresponsal de ABC y The Miami Herald, había informado los incidentes del 23 de febrero en la frontera
CARACAS.– "No les paremos bolas [no les hagamos caso]", ordenó Nicolás Maduro para cerrar el Carnaval. Unas palabras festivas que al final no se cumplieron. Todavía aturdido por el regreso triunfal de Juan Guaidó a Caracas, el chavismo necesitó 48 horas para sobreponerse del mazazo que desconcertó hasta a sus propios seguidores.
La contraofensiva iniciada ayer suma la expulsión de un embajador europeo y la detención de un periodista estadounidense. Las presiones de los sectores radicales y militares forzaron ayer la declaración de persona non grata contra el embajador alemán Daniel Kriener por sus "recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos del país". El diplomático dispone de dos días para abandonar Caracas pese a que Alemania no reconoce a Nicolás Maduro como presidente. El gobierno de Berlín lo llamó a consultas.
"Venezuela considera inaceptable que un representante diplomático extranjero ejerza en su territorio un rol público más propio de un dirigente político en clara alineación con la agenda de conspiración de sectores extremistas de la oposición", subrayó la cancillería venezolana.
Fuentes diplomáticas confirmaron a la nacion que se trata de una represalia por la presencia de Kriener en el aeropuerto durante el recibimiento al presidente encargado, en el que también participaron otros cinco embajadores europeos y seis del continente: la Argentina, Brasil, Chile, Perú, Canadá y Estados Unidos. Un aviso para toda la comunidad internacional, tras la gran repercusión mediática de los sucesos del lunes.
El gobierno alemán calificó la decisión de "incomprensible", además de predecir que dificultará aún más la solución de una crisis atrapada en un callejón sin salida. La Unión Europea apuesta por habilitar negociaciones con las partes que conduzcan a unas elecciones libres y democráticas, algo impensable hoy para la revolución, que en las encuestas está más de 50% por debajo del líder opositor.
Esta solución, que cobró vigor tras la violencia del 23-F y tras la cumbre del Grupo de Lima en Bogotá, también es compartida por Uruguay y México, que conforman el grupo de contacto con la Unión Europea.
"Parecería que el régimen de Maduro no perdona a quien quiera ayudar a Venezuela. No es una declaratoria de persona non grata, no tienen cualidades para hacerlo, es una amenaza a un ciudadano alemán que ejerce funciones en Venezuela", protestó Guaidó durante el pleno de ayer en la Asamblea Nacional.
Entre los presentes en el aeropuerto también estaba James Story, diplomático estadounidense que comanda la oficina de intereses de su país en Caracas y que el 23 de enero, tras el reconocimiento de la Casa Blanca a Guaidó como presidente encargado, sufrió la misma represalia que el alemán: Maduro rompió relaciones políticas y diplomáticas con Washington y le dio al personal de la embajada 72 horas para salir de Venezuela. Algo que, pese a todas las arengas, discursos y amenazas, nunca ocurrió.
La Casa Blanca no reconoció la medida y su personal en Caracas se "atrincheró" en la sede diplomática. Diversos acuerdos posteriores para evitar que el conflicto se disparase mantienen hoy la legación estadounidense funcionando con un grupo de diplomáticos al frente.
El vicepresidente Mike Pence aprovechó la coyuntura para anunciar que su gobierno revocó 77 visas de dirigentes chavistas y de sus familias. "Seguiremos responsabilizando al régimen de Maduro hasta que se restablezca la libertad", añadió Pence. Más de 30.000 venezolanos solicitaron la deportación de María Gabriela Chávez, hija del "comandante supremo" que ejerce como embajadora adjunta en la ONU pese a su muy escasa actividad en esa sede. Miembros de la oposición y emigrantes venezolanos en Nueva York denunciaron de forma reiterada la presencia de la hija mediana de Chávez en la dolce vita nocturna de la Gran Manzana.
El anuncio estadounidense también coincide con la detención de un periodista, que amenaza con enrevesar aún más las relaciones entre ambos países. Agentes de la Dirección General de la Contrainteligencia Militar detuvieron ayer en su casa a Cody Weddle, colaborador de varios medios de su país, como The Miami Herald y ABC News. Minutos más tarde también fue capturado uno de sus colaboradores, el venezolano Carlos Camacho.
Según la ONG Espacio Público, Weddle sufrió el allanamiento de su vivienda "acusado de traición a la patria" y a instancias de un tribunal militar. El periodista reportó desde la frontera los sucesos del 23-F.
"Totalmente inaceptable que Maduro y sus matones detengan al periodista. Estados Unidos no tolerará este tipo de intimidación", reaccionó Rick Scott, senador por Florida. "Exigimos la libertad inmediata del periodista Cody Weddle, detenido injustificadamente por el régimen usurpador y opresor de Venezuela y el cese de la intimidación y censura a medios de comunicación y comunicadores del país", apoyó Luis Almagro, secretario general de la OEA.
Desde el inicio de la actual crisis, en enero, son 36 los casos de periodistas y trabajadores de la prensa detenidos por fuerzas gubernamentales. Tres siguen detenidos, denunció el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP).
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