Mal arranque para el programa de rastreo de contactos en Nueva York
NUEVA YORK.- Mal arranque para el ambicioso programa de rastreo de contactos de Nueva York, que la ciudad anunciaba como una pieza crucial de su estrategia para frenar el coronavirus. Y justo cuando la Gran Manzana ingresa en una nueva fase de su cuarentena, con la reapertura de los restaurantes a la calle, compras en el interior de los comercios y la reanudación del trabajo en las oficinas.
La ciudad contrató a 3000 detectives sanitarios y monitores de seguimiento de casos, supuestamente abocados a identificar a todo aquel que haya tenido contacto con los cientos de personas que siguen dando positivo en el virus diariamente en la ciudad. Pero los primeros resultados y estadísticas del programa, que se inició el 1 de junio, revelan que los rastreadores por lo general no logran localizar a los infectados o recabar información de ellos.
Durante las dos primeras semanas del programa, solo el 35% de los 5347 neoyorquinos que dieron positivo en el testeo o se presume que tenían Covid-19 entregaron información sobre sus contactos estrechos, informó la ciudad al anunciar los primeros resultados.
A falta de una vacuna, el rastreo de contactos es una de las pocas herramientas con las que cuentan las autoridades sanitarias para combatir el coronavirus, además de los testeos masivos y el aislamiento de quienes estuvieron expuestos al virus. Pero los resultados iniciales del programa de Nueva York preocupan y alertan sobre la dificultad de impedir un fuerte rebrote de casos cuando el resto del país está en pleno proceso de reapertura.
Anteriormente, la ciudad había tenido éxito en el rastreo de contactos de otras enfermedades, como la tuberculosis y el sarampión. Pero como casi todo lo relacionado con el brote de coronavirus, las autoridades nunca se enfrentaron con un desafío de esta escala y con semejante cantidad de casos repartidos en los cinco distritos administrativos de la ciudad, Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island.
New Woe for a Jittery N.Y.C.: Illegal Fireworks Going Off All Night https://t.co/kyD1gHDoib&— Sharon Otterman (@sharonNYT) June 20, 2020
Hasta el momento, el programa se vio limitado por el bajo índice de respuesta, el escaso uso de tecnología, las suspicacias de privacidad de las personas y una sensación de obligación mucho más laxa y menos generalizada que en otros países, donde los negocios, restaurantes, empresas y hasta edificios de departamentos deben recabar la información personal de todos los que ingresan, lo que luego a su vez facilita el rastreo.
China, Corea del Sur, Alemania y otros países establecieron amplios programar de rastreo que ayudaron a las autoridades a dar grandes pasos para reducir el brote. En Corea del Sur, por ejemplo, los que asisten a una boda, un funeral, un bar de karaoke, un club nocturno o un salón de videojuegos, deben dejar su nombre y su número de celular para poder localizarlos si hace falta.
El doctor Ted Long, director del flamante Cuerpo de Testeo y Rastreo de la Ciudad de Nueva York, insistió que el programa iba bien, pero reconoció que muchos que habían dado positivo, al ser contactados por teléfono, no habían brindado información o se habían negado a ser entrevistados. Otros les dijeron a los rastreadores que se habían quedado solos en sus casas, sin poner en riesgo a nadie, pero no dieron el nombre de sus familiares o convivientes.
Long dijo que la señal alentadora era que casi todas las personas que fueron llamadas al menos contestaron el teléfono y agregó que confía en que los rastreadores tengan más éxito cuando empiecen a ir puerta por puerta a la casa de los infectados, en las próximas semanas, en vez de depender exclusivamente de un llamado telefónico. "Realmente creo que el funcionamiento de este programa es destacable, sobre todo si pensamos que arrancó hace apenas dos semanas", dijo Long.
New York City’s ambitious contact-tracing program, a crucial initiative in the effort to curb the coronavirus, has gotten off to a worrisome start with disease detectives struggling to get information from people who test positivehttps://t.co/3wjtiiqrWd&— The New York Times (@nytimes) June 21, 2020
Pero Perru Halkitis, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Rutgers, que lidera una iniciativa para poner a trabajar a miles de rastreadores en Nueva Jersey, consideró que ese magro 35% de elusivos contactos de Nueva York "es muy malo". "Por cada persona infectada, hay que localizar al 75% de sus contactos en el lapso de un día", indicó Halkitis, y sugirió que los pobres resultados de Nueva York responden en parte a la poca capacitación y experiencia directa de los rastreadores. "Como toda habilidad, hay que desarrollarla con práctica", diceañadió Haltikis.
Los rastreadores piden el nombre y el número de teléfono de todas las personas con las que cada caso positivo haya estado en contacto estrecho, definido este último como una distancia de menos de dos metros durante al menos 15 minutos. A cada uno de esos contactos se lo llama y se le informa que estuvieron expuestos al virus y se les pide que se aíslen.
Pero ese relativo silencio de los neoyorquinos infectados con el virus es apenas una de las complicaciones que está teniendo el programa de rastreo. En mayo, el alcalde Bill de Blasio, que mantuvo fricciones con sus propios funcionarios de salud, le quitó al Departamento de Salud el control del programa de rastreo y los puso pasó la órbita del organismo que nuclea los hospitales públicos. Algunos sanitaristas temen que en ese proceso de traslado se pierda parte de la experiencia adquirida.
Long detalló que hay 50 expertos del Departamento de Salud -encargados de los rastreos en brotes anteriores de otras enfermedades, como el sarampión-, que están guiando el trabajo del nuevo Cuerpo de Rastreo, pero que no están rastreando ellos mismos.
Para reforzar la conexión entre rastreadores y rastreados, la mitad de los rastreadores contratados viven en comunidades muy golpeadas por el virus, que son predominantemente las comunidades negra y latina. La ciudad no tiene datos de su está teniendo éxito en persuadir a los contactados para que se hagan el testeo o se aíslen en cuarentena.
Los expertos analizaron que si bien el rastreo en la ciudad no está arrojando los resultados esperados, el programa es claramente positivo y hay que continuarlo. "Cuesta mirar estas cifras y decir que es un éxito", opinó el doctor Crystal Watson, experto en rastreo de contactos de la Escuela de Salud Público Bloomberg, de la Universidad John Hopkins. "Pero creo que es un principio y que sobre esa base el programa va a ir mejorando por sí mismo".
The New York Times
Traducción de Jaime Arrambide
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