Más de 800 trabajadores sanitarios murieron en ataques en la guerra de Siria
La cifra tiene en cuenta a las personas fallecidas desde el comienzo del conflicto bélico hace seis años; se produjo un fuerte incremento de víctimas en los ataques contra centros médicos en 2016
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Según un informe divulgado el miércoles, al menos 814 trabajadores sanitarios murieron desde el inicio de la guerra en Siria hace seis años, con una neta intensificación de los ataques contra centros médicos en 2016, principalmente por parte de fuerzas progubernamentales.
Un artículo publicado en la revista médica británica The Lancet denuncia que el gobierno sirio y su aliado ruso tomaron como blanco de ataque la atención médica. De esa manera, se dejó a "centenares de trabajadores muertos, encarcelados o torturados", afirma en su análisis The Lancet. "Centenares de centros fueron atacados de forma deliberada y sistemática", subraya la publicación.
"El año pasado fue el más peligroso para los profesionales sanitarios en Siria", subrayó uno de sus autores, el doctor Samer Jabbur, de la universidad estadounidense de Beirut.
El número de ataques contra centros sanitarios pasó de 91 en 2012 a 199 en 2016, 94% de los cuales fueron llevados a cabo por "el gobierno sirio y sus aliados, incluido Rusia", afirma el informe.
El informe presentado destaca el caso del hospital Kafr Zita Cave, en Hama (centro), bombardeado en 33 ocasiones desde 2014, de las cuales seis se dieron en lo que va de año. Otro sitio destacado es el centro subterráneo M10 situado en la parte oriental de Alepo, atacado 19 veces en tres años, antes de ser completamente destruido en octubre pasado.
"Con el tiempo, los ataques se han vuelto más frecuentes, más flagrantes, extendiéndose a zonas geográficas más vastas", asegura el doctor Jabbur.
El estudio fue realizado por expertos de universidades de Beirut, Gran Bretaña y Estados Unidos, así como por la Sociedad Médica Estadounidense-Siria y la oenegé Multi-Aid Programs.
Un total de 782 trabajadores sanitarios murieron entre marzo de 2011 y septiembre de 2016, de los cuales 55% en bombardeos, 23% en tiroteos, 13% tras ser torturados y 8%, ejecutados. Entre octubre de 2016 y febrero de 2017, murieron 32 miembros del personal sanitario. El 32% del total de fallecidos eran médicos.
La guerra también forzó la huida de la mitad del personal médico, es decir, de más de 15.000 personas entre 2011 y 2015. En la parte oriental de Aleppo, solo queda actualmente un médico por cada 7000 habitantes, frente a uno por 800 en 2010.
El éxodo concierne particularmente a los doctores experimentados, dejando sobre el terreno a los jóvenes insuficientemente formados debido a la guerra, según el estudio.
Los médicos están además concentrados en zonas bajo control gubernamental, mientras en el resto del país los pocos profesionales presentes no solo deben hacer frente al flujo de víctimas, sino también a la escasez de medicamentos, epidemias y a los ataques químicos.
Según los autores del estudio, la guerra siria "reveló lagunas" en la reacción de las organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que contabiliza los ataques pero no nombra a los responsables, socavando "los esfuerzos necesarios para poner fin a estos crímenes de guerra".
En un comentario anexado al estudio, la OMS reconoce que la guerra en Siria -que ha dejado más de 320.000 muertos- es actualmente "la mayor crisis humanitaria y también en términos de refugiados" y afirma que estudia trabajar con todas sus partes "para hacer avanzar las cosas".
Agencia AFP
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