Más pobres y una fuerte emigración
ASUNCION (De una enviada especial).- Uno de sus hermanos vive en Madrid y dos de sus tías, en Buenos Aires. Como la de cientos de miles de paraguayos, la familia de Marcela Olazar está desperdigada por el mundo. "Nos globalizamos", bromea a LA NACION la joven de 22 años. Ella quiere irse, pero no se decide a dar el paso. "Tengo miedo de extrañar", explica.
Paraguay tiene hoy una de las tasas de emigración más altas del mundo. No hay familia que no tenga al menos un pariente que viva en el exterior. Se calcula que en los últimos cinco años 200.000 paraguayos se marcharon, principalmente a España, la Argentina y Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades. Las remesas de los emigrados se han convertido en una de las principales fuentes de divisas; en 2006 ascendieron a US$ 650 millones.
"La gente se va presionada por la ausencia de un proceso de captación de mano de obra, que genera más pobreza", explica el sociólogo y senador por el Partido Movimiento al Socialismo (P-MAS), José Nicolás Morínigo.
Si bien la economía ha crecido en forma sostenida durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, Paraguay sigue siendo, después de Bolivia, el segundo país pobre de América latina.
El 40% de sus seis millones de habitantes vive en la pobreza y en los últimos tres años han surgido 150.000 nuevos indigentes. La tasa de desempleo llega al 13% y, sumada a la tasa de subempleo, afecta a entre el 20 y 35% de la población activa. El presidente Duarte Frutos se jacta de que en 2007 el PBI creció un 6,4%, todo un récord para Paraguay. Pero la pobreza, sobre todo la más extrema, va en aumento.
Muchos paraguayos responsabilizan de su precaria situación económica al gobernante Partido Colorado, en el poder desde hace 61 años. Y la emigración, que desgaja a cada vez más familias paraguayas, provoca una indignación que mañana podría canalizarse en un cambio de gobierno.
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