Anuncio de la Casa Real esta madrugada. Nació la primera hija de Letizia y Felipe de Borbón
Se llamará Leonor; es la segunda en la línea sucesoria
MADRID.- ¡Sorpresa mayúscula en España! Contra el pálpito absolutamente instalado de que el primer hijo sería un niño, los príncipes de Asturias se convirtieron esta madrugada en padres de una niña, que, de ese modo, queda segunda en la línea de sucesión, por detrás de su padre, Felipe de Borbón.
"¡Es niña... es niña!", tronaban las radios madrileñas a las 2.35 de la madrugada (las 22.35 en la Argentina) en que se conoció la noticia. Para entonces, la princesa Letizia llevaba poco más de seis horas internada en la Clínica Ruber de esta ciudad.
La primera información oficial se limitó a la confirmación del nacimiento. Poco después, al cierre de esta edición, la Casa Real anunció que la niña será bautizada con el nombre Leonor. No se informó qué peso tuvo al nacer ni si el alumbramiento fue natural o por vía quirúrgica. Se esperaba esta madrugada la presencia del príncipe Felipe para que suministrara esos detalles.
Pero la verdadera conmoción fue saber que se trataba de una mujer. Hasta ese momento, todos los pronósticos apuntaban a un varón. Más del 70 por ciento de la población se inclinó en ese sentido en un sondeo realizado por el monárquico diario ABC.
En todos estos meses no hubo información oficial sobre el sexo del primogénito, sexto nieto de los reyes. Los príncipes habían dicho que no querían conocerlo de antemano y que "sea lo que sea, hombre o mujer, la alegría será enorme".
Séptima nieta de los reyes Juan Carlos y Sofía, la niña se convirtió ayer en heredera de la corona, luego de su padre, el príncipe Felipe. Sin embargo, si no se reforma la Constitución, la pequeña sólo conservará ese derecho en caso de que no nazca en el futuro un hermano varón.
Ocurre que, tal como está redactada ahora la Constitución española, el varón tiene preferencia sobre la mujer para acceder al trono.
El gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero anunció ya la intención de impulsar esa reforma. El padre de la niña, Felipe, está de acuerdo con que así sea.
Mensaje sorpresivo
La otra sorpresa de la noche -pero, mucho menos llamativa que la del nacimiento de la niña- fue el mecanismo utilizado por la Casa Real para mantener informados a los periodistas acreditados: lo hizo a través de escuetos mensajes de texto en los teléfonos móviles.
Uno de ellos, a las 2.35, confirmaba el nacimiento de la infanta. No necesariamente esa hora es la misma del nacimiento.
Felipe de Borbón, de 37 años, y la ex periodista Letizia Ortiz, de 33, se casaron en mayo del año último. Fue exactamente al cumplir un año de casados en que anunciaron el embarazo de la princesa, que nació un día antes de cumplirse el aniversario del anuncio del compromiso de la pareja.
En principio, el nacimiento se esperaba para dentro de unos quince días, pero en los últimos se multiplicaron los indicios de que el alumbramiento podría adelantarse.
De hecho, el pasado 18 hubo una falsa alarma, cuando la princesa Letizia experimentó contracciones que la obligaron a trasladarse a la clínica, pero la abandonó horas después con una disculpa de Felipe por la movilización generalizada en plena madrugada.
Confirmación
Pero anoche, luego de que Letizia volviera a ingresar a la clínica acompañada por su esposo, la propia Casa Real hizo saber en forma oficial que -esta vez- no se trataba de una falsa alarma. Horas después, la noticia del nacimiento lo confirmaba.
Felipe había anticipado su deseo de estar presente en el parto y recibir él mismo a su primer hijo, aunque anoche se desconocía si así fue.
El otro dato curioso fue la presencia de la lluvia. La pareja real se casó hace menos de dos años bajo un verdadero aguacero. Y otro tanto ocurría anoche, al llegar su primera hija.
Cientos de curiosos se acercaron a los alrededores de la clínica, donde rige un férreo dispositivo de seguridad, pero luego fueron desalentados por la lluvia y el frío. Por suerte, no ocurrió lo mismo con la cigüeña.
Todo era festejo esta madrugada en los alrededores de la clínica, donde los pocos curiosos que persistieron se abrazaron y saludaron la llegada de la heredera.
"Es algo histórico y emocionante", decían. La historia de amor podía, una vez más, con el frío de la noche.
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