Nube negra sobre Scotland Yard: un agente acusados de dos violaciones
La agencia británica está bajo la lupa por varios casos que están en investigación
LONDRES.- Los reflectores apuntan nuevamente sobre Scotland Yard, la reputada policía de Londres, bajo la lupa por uno de sus hombres sospechoso de haber violado a dos colegas. La investigación, en una fase preliminar y hasta ahora cubierta por el secreto, fue desvelada por una indagación realizada por la BBC junto con la Oficina Británica de Periodismo de Investigación.
Esto llega pocas semanas después de la polémica desatada sobre la policía más famosa del Reino tras el caso de Sarah Everard: la joven de 33 años secuestrada y asesinada a principios de marzo mientras regresaba a las nueve de la noche a su casa ubicada en un barrio residencial a manos otro policía, hasta donde se ha comprobado por el momento.
El nuevo episodio aún es objeto de investigación. Mientras, el sospechoso hasta ahora no fue acusado ni suspendido del servicio, según informes de la BBC. Pero las denuncias de las dos colegas permanecen en blanco y negro como una mancha de vergüenza. Esto debido a que una de las presuntas víctimas -protegida por el anonimato- acusa ahora a la institución de no haberle dado suficiente peso al asunto: los comandos “nos han dejado de lado y no nos han tenido en cuenta”, con sus palabras.
Scotland Yard, por su parte, confiada en los últimos años por primera vez en su historia para su conducción a una mujer, Cressida Dick, se ha limitado a asegurar que las investigaciones están en curso y que “todas las denuncias de abusos sean tomadas con extrema seriedad”.
Los episodios de acoso, que derivaron en violación, habrían ocurrido hace unos 8 años, en particular al margen de una fiesta privada entre policías fuera de servicio que ingirieron demasiado alcohol, incluso parecen haber sido denunciados más recientemente.
Para la Policía Metropolitana y para la comandante Dick, esto es en todos los sentidos una ficha adicional en el día de la condena de otro agente, Benjamin Hannam, por violar la ley sobre terrorismo y pertenecer a un grupo de extrema derecha (Acción Nacional), prohibido desde hace tiempo como ‘neonazi’ en la isla.
Y después del muy fresco caso Everard, que provocó horror y escándalo en el Reino, avivado también por las polémicas desencadenadas por la apresurada intervención con la que los hombres uniformados luego disolvieron, con la justificación de las restricciones de Covid, una sucesiva vigilia de protesta promovida sobre todo por mujeres.
Mientras para el país en general y su clase política se trata de una nueva alarma en el frente de la violencia de género, al día siguiente del informe impactante que evidenció la existencia de una especie de cultura de la violación en numerosas escuelas británicas, incluidas algunas de las más prestigiosas y caras como Eton. Esos hechos quedaron atestiguados por miles de denuncias acumuladas a lo largo de los años. Y ante esto, el gobierno conservador de Boris Johnson acaba de anunciar medidas ad hoc, comprendida la creación de una línea telefónica de emergencia destinada a recopilar de forma confidencial informes de abuso de estudiantes y niñas en edad escolar. Un poco tarde, según voces críticas.
Agencia ANSA
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