Nueva ofensiva en Siria a pesar de la llegada de observadores
DAMASCO.- Horas antes de la llegada de un grupo de observadores internacionales a un bastión opositor sirio, el régimen de Bashar al-Assad lanzó una nueva ofensiva contra los rebeldes que dejó por lo menos 33 muertos en distintas localidades de Siria, la mayoría en la ciudad de Homs, el enclave disidente donde se originó la revuelta popular, en marzo pasado.
Un grupo opositor detalló que 25 personas perdieron la vida en Homs, cuatro en la ciudad de Hama (centro), dos en Idleb (Norte) y una en Deraa (Sur). En barrios como los de Baba Amr, Al Bayada o Bab al Sabea, todos en Homs, se sucedieron bombardeos con artillería pesada, explosiones y disparos por parte de las fuerzas armadas sirias.
"La cifra subió a 20 mártires documentados por su nombre y las circunstancias de su muerte", dijo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. "Catorce murieron en el bombardeo continuo sobre el barrio Baba Amr y seis por disparos al azar en vecindarios cercanos", agregó.
"El distrito Baba Amr está expuesto a un intenso bombardeo de artillería pesada, vehículos armados y morteros", indicó el Observatorio, con base en Gran Bretaña, en un comunicado difundido ayer.
Algunos barrios de Homs son defendidos por el Ejército Sirio de Liberación, formado por desertores de las fuerzas armadas regulares, que dicen que han intentado establecer zonas de acceso prohibido para proteger a los civiles de las masacres del gobierno.
La ofensiva del ejército sirio se concentró también en otras zonas del norte del país, como la aldea de Al Yunesia, cerca de la frontera con Turquía, donde cuatro soldados desertores murieron en enfrentamientos con los leales a Al-Assad, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Varias explosiones también sacudieron la localidad de Duma, en la provincia de Rif Damasco (Oeste), escenario de fuertes choques entre soldados desertores y el ejército.
Guerra civil
Con una insurgencia armada que está eclipsando a las protestas civiles que comenzaron en marzo, muchos temen que Siria esté cayendo en una guerra sectaria entre la mayoría musulmana sunnita y la minoría alawita, una rama del islam chiita a la que responden las máximas figuras del régimen sirio.
Los primeros 50 observadores de la Liga Arabe, entre ellos diplomáticos, militares y expertos en derechos humanos, llegaron ayer a Siria y se dirigieron de inmediato a Homs, donde denunciaron que se les impedía el trabajo en el terreno.
"Algunos observadores llegaron a Homs pero han declarado que no pueden ir a los lugares adonde las autoridades no quieren que vayan", declaró el presidente interino del disidente Consejo Nacional Sirio, Burham Ghaliun, desde París.
El trabajo de los observadores consiste en evaluar si Al-Assad está retirando sus tanques y tropas de la tercera ciudad de Siria, tal como prometió. "El equipo supervisor de la Liga visitará Homs, por ser el lugar más turbulento", sostuvo una fuente de la organización que agrupa a las naciones árabes.
Las imágenes de la televisión estatal mostraron algunas zonas de la ciudad, de 1,6 millones de habitantes, en calma. Pero un video de activistas publicado en Internet reveló imágenes de otras áreas que parecían un campo de batalla, con calles vacías, cadáveres y fachadas de casas destrozadas.
El envío de observadores de la Liga Arabe es uno de los puntos de un plan para poner fin a la crisis que prevé también el cese de la violencia, la liberación de detenidos, la retirada de las tropas regulares de las ciudades y la libre circulación de los enviados y de la prensa por todo el país. Se estima que para fin de año habrá en territorio sirio unos 500 observadores árabes que monitorearán el cumplimiento del acuerdo.
Tras seis semanas de amenazas y demoras, Siria aceptó oficialmente este plan el 2 de noviembre, pero mantuvo la sangrienta represión a la revuelta que estalló en el país a mediados de marzo.
La ONU afirma que por lo menos 5000 sirios han muerto en la revuelta, inspirada en otros levantamientos populares árabes que derrocaron a los dictadores de Túnez, Egipto y Libia. Se estima que una tercera parte de las muertes ocurrieron en Homs y sus alrededores.
Al-Assad, en tanto, denuncia que su gobierno se enfrenta a una insurgencia de grupos terroristas.
Bashar llegó al poder hace más de 10 años, tras la muerte de su padre, Hafez, que gobernó el país con mano de hierro desde 1971, cuando encabezó un golpe de Estado apoyado por los militares, la base de sustentabilidad de una dictadura que lleva más de cuatro décadas al frente de Siria.
ALERTA POR EL JUICIO A MUBARAK
EL CAIRO (DPA).- Más de 5000 policías y militares serán desplegados mañana dentro y fuera del tribunal de El Cairo en la reanudación del juicio al derrocado dictador egipcio Hosni Mubarak. Por lo menos 20 vehículos blindados y 30 militares serán utilizados para el traslado de Mubarak y sus dos hijos, Alaa y Gamal, hasta la corte. A pesar de las fuertes medidas de seguridad, en el inicio del juicio hubo fuertes choques entre partidarios de Mubarak y opositores. Además de enfrentar cargos de corrupción, Mubarak está acusado de la muerte de 850 manifestantes durante la revuelta de febrero pasado.
Agencias DPA, Reuters, EFE y ANSA
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