Nuevas protestas agitan el fantasma de una partición violenta de Ucrania

KIEV.- El fantasma de la partición entre Este y Oeste se presentó ayer con mayor intensidad en Ucrania cuando decenas de manifestantes prorrusos armados se apoderaron de los edificios públicos y del Parlamento regional de Crimea y obligaron a los legisladores a convocar a un referéndum sobre el futuro de esa península autónoma.

Al grito de "¡Crimea es rusa!", arriaron todas las banderas nacionales e izaron las rusas, aplaudidos por centenares de personas que pasaron el resto de la jornada desfilando por las calles de Simferopol, la capital de Crimea.

Y tuvieron su provocación suplementaria: la fecha de esa consulta fue fijada para el 25 de mayo, el mismo día que deben realizarse las elecciones presidenciales en todo el país para reemplazar el gobierno de Viktor Yanukovich, que escapó del país y de las protestas de grupos cercanos a Europa la semana pasada.

El golpe de mano prorruso alarmó a las flamantes autoridades en Kiev, que lanzaron un llamado al Kremlin para que no saque sus tropas fuera de la base naval que tiene en Sebastopol.

Crimea, la única región ucraniana con una mayoría étnica de origen ruso, es el último bastión de la oposición al nuevo gobierno surgido de la resistencia de la Plaza de la Independencia (Maidan) en Kiev. Rusia mantiene allí estacionada su flota del Mar Negro.

"Cualquier movimiento de tropas, sobre todo si incluye armas, fuera del perímetro de la base será interpretado como una agresión militar", dijo en Kiev el presidente del Parlamento nacional, Oleksander Turchinov.

Para sumar tensión, el Kremlin puso anteanoche sus fuerzas armadas en alerta máxima y desplegó 150.000 hombres a lo largo de la frontera sur de Ucrania con el pretexto de unas maniobras militares planeadas con antelación.

En ese ambiente digno de la Guerra Fría, tanto Estados Unidos como los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) advirtieron a Moscú que evite cualquier gesto desafortunado contra Ucrania.

Este país de 46 millones de habitantes, colocado estratégicamente entre Europa occidental y central, atraviesa una seria crisis desde noviembre, cuando Yanukovich se negó a firmar un pacto de asociación comercial con la Unión Europea (UE) y aceptó una propuesta de mayor acercamiento con Rusia.

La toma del Parlamento en Crimea se produjo prácticamente al mismo tiempo que asumía en Kiev el nuevo gobierno provisorio, dirigido por Arseni Yatseniuk, que deberá administrar el país hasta las elecciones presidenciales, también previstas para el 25 de mayo.

Al asumir su cargo, Yatseniuk advirtió al Parlamento nacional que el país está "al borde del colapso y totalmente dividido". El nuevo primer ministro, un respetado banquero y líder de la resistencia, pidió a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que se esfuercen en "preservar la integridad del territorio nacional". Sin mencionarla, Yatseniuk aludía directamente a Rusia.

Por su parte, Vladimir Putin parece decidido a proteger a su ex aliado, Yanukovich, buscado en Ucrania por "crímenes en masa". Desaparecido desde el viernes 21, cuando huyó de Kiev tras ser destituido por el Parlamento, el ex presidente envió ayer una desafiante declaración a las agencias rusas de información, donde desconoce al gobierno interino ucraniano y advierte que tanto sus futuras acciones como las del actual Parlamento son ilegítimas.

Según tres agencias rusas, fuentes del gobierno afirman que Yanukovich se encuentra en Rusia y que las autoridades de Moscú han aceptado su pedido de protección.

Yanukovich anunció que hoy dará una conferencia de prensa en la ciudad de Rostov-on-Don, en el sur de Rusia. Si esa promesa se concreta, sería la primera vez que aparece en público desde que huyó de Kiev.

La otra gran preocupación del nuevo equipo de gobierno es la dramática situación económica de Ucrania. El flamante ministro de Finanzas, Oleksander Shlapak, afirmó ayer que espera obtener una ayuda urgente de al menos 15.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI). La institución internacional enviará una misión a Kiev en los próximos días.

En su discurso de investidura frente al Parlamento, el primer ministro reconoció que las arcas del Estado fueron "pilladas y están vacías" y advirtió que no podía "prometer a los ucranianos que tendrán una vida mejor hoy o mañana".

"Cerca de 20.000 millones de dólares fueron robados de las reservas del Banco Central, y también desaparecieron 37.000 millones en préstamos, que Ucrania recibió y no sabemos dónde están", dijo Yatseniuk, consternado.

El nuevo premier declaró que la primera acción de su gobierno será firmar el acuerdo de asociación con la UE que Yanukovich rechazó en noviembre: "Ucrania será miembro de la UE", prometió.

Suiza congela las cuentas de Yanukovich

El gobierno suizo decidió ayer congelar los fondos que pueda tener el depuesto presidente de Ucrania Viktor Yanukovich en bancos del país, anunció ayer el vocero de la cancillería, Pierre-Alain Eltschinger.

El Consejo Federal de la Confederación Helvética, entidad con los poderes ejecutivos del país, publicará hoy una orden para aplicar esa medida, que entrará en vigor al instante y que también afectará al entorno del ex presidente ucraniano.

Suiza adoptó esta determinación por iniciativa propia, y no a petición del gobierno interino de Ucrania.

La revista suiza L’Hebdo publicó esta semana que Yanukovich, dentista de profesión y asilado en Rusia, amasó en los últimos tres años una fortuna de 500 millones de dólares provenientes del comercio de carbón.

Del editor: cómo sigue.