Obama: "Hoy, elegimos la esperanza en lugar del miedo"
Así lo señaló el flamante presidente en su discurso de asunción; también llamó a "empezar a trabajar para rehacer el país" y se comprometió a dejar a Irak "en manos de su pueblo"; resaltó la profundidad de la crisis económica y apuntó a "la irresponsabilidad de algunos"; señaló, finalmente, que comienza una nueva era de paz en la Nación; una multitud lo ovacionó en el Capitolio
WASHINGTON.- La expectativa y la incertidumbre ya forman parte del pasado. En medio de grandes festejos de cientos de miles de seguidores y con un fuerte mensaje de cambio, Barack Obama juró en las escalinatas del Capitolio y se convirtió en el primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos, dando inicio a una nueva era en ese país.
Con un fuerte mensaje de cambio, que incluyó diversos aspectos, el flamante presidente de Estados Unidos reconoció en varios pasajes de su discurso la seriedad de la crisis financiera y señaló que Estados Unidos comienza hoy un "nueva era de paz", al mismo tiempo que exigió a los estadounidenses una mayor responsabilidad para hacer frente a los enormes retos que enfrenta la nación.
"Hoy les digo que los desafíos que enfrentamos son reales. Son serios y numerosos. No serán vencidos fácilmente o en un corto lapso de tiempo. Pero Estados Unidos, saben una cosa: serán vencidos", proclamó Obama ante una eufórica multitud. "En este día de hoy, nos reunimos porque elegimos la esperanza en lugar del miedo, la unidad en lugar del conflicto y la discordia", añadió.
Los desafíos. "Nuestra nación está en guerra, contra una vasta red de violencia y odio. Nuestra economía se ha debilitado enormemente a causa de la avaricia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestro fracaso colectivo para tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era", dijo en su discurso de investidura.
"Se han perdido viviendas, han desaparecido trabajos y se han cerrado negocios. Nuestro sistema de salud pública es demasiado costoso, nuestras escuelas fallan demasiado, y cada día trae evidencia fresca de que la manera en que usamos la energía fortalece a nuestros adversarios y amenaza a nuestro planeta".
Al referirse a la crisis financiera, aseguró que Estados Unidos tiene un "espíritu fuerte y no será quebrantado". "Las palabras siempre se dijeron en momentos de prosperidad, pero de vez en cuando, se producen en medio de nubarrones. Hoy estamos en medio de una crisis", arrancó.
"El mercado es un modelo para generar riqueza y libertad, pero puede salirse de control y por eso hay que controlarlo", advirtió el demócrata, segundos antes de asegurar que Estados Unidos sigue siendo " la nación más próspera y poderosa del mundo". "A partir de hoy debemos desempolvarla y trabajar para rehacer a los Estados Unidos", agregó.
En su discurso de investidura, el presidente reivindicó los viejos valores para afrontar los nuevos desafíos e indicó que en la actualidad, con el país en recesión y una profunda crisis financiera, "los desafíos son nuevos, y los instrumentos con los que hacerles frente también".
"Lo que se nos pide ahora es una nueva era de responsabilidad, el reconocimiento, por parte de cada estadounidense de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestra nación y el mundo", señaló.
Política exterior. Respecto al plano internacional, Obama dijo que trazará un plan de trabajo con sus aliados para enfrentar los problemas y usar la diplomacia como la forma preferida de su política exterior. "Recuerden que las anteriores generaciones vencieron el fascismo y el comunismo no sólo con misiles y tanques, sino también con fuertes alianzas y convicciones duraderas", añadió.
"Ellos entendieron que sólo nuestro poder no puede protegernos ni nos da derecho a hacer lo que nos parezca", dijo. "En vez de ello, sabían que nuestro poder crece al utilizarlo de forma prudente (...) Nuestra seguridad emana de la justicia de nuestra causa, el poder de nuestro ejemplo, las cualidades de la humildad y la moderación".
En relación a los frentes bélicos abiertos del país, Obama aseguró que dejará a "Irak en manos de su pueblo", en línea con las promesas que expresó durante toda su campaña electoral.
La jura. Obama, quien se convirtió en el 44º presidente de los Estados Unidos, prestó juramento repitiendo un breve texto de 35 palabras previsto en la Constitución. Asimismo, el flamante mandatario utilizó su segundo nombre, Hussein, a pesar del orígen árabe que le valió algunas burlas de adversarios durante la campaña electoral.
"Yo, Barack Hussein Obama, juro solemnemente cumplir fielmente las funciones de presidente de Estados Unidos y, en la medida de mis posibilidades, salvaguardar, proteger y defender la Constitución de Estados Unidos", declaró el demócrata con su mano posada sobre la Biblia que perteneció a Abraham Lincoln, uno de los grandes íconos norteamericano. Y agregó, tal como lo hicieron muchos de sus predecesores: "Que Dios me ayude".
El encargado de tomarle juramento fue el presidente de la Corte Suprema de Justicia, John Roberts, quien invitó a Obama a las escalinatas del Capitolio junto a su esposa Michelle y a sus hijas Sasha y Malia, apenas unos contados minutos después de lo previsto.
Un llamado a la responsabilidad. Después del almuerzo oficial y ante cientos de colegas políticos, Obama remarcó la responsabilidad del mandato popular. "Esta ha sido una ceremonia histórica. Lo que sucede no ocurre en torno a mí sino al pueblo estadounidense. El pueblo está demostrando su disposición al llamado de la historia. Ahora depende de nosotros", señaló.
"Este es un momento de alegría, pero también de reflexión. El pueblo de EE.UU. ha cruzado barreras raciales y regionales. Ahora depende de nosotros defender la causa de la libertad, la justicia, la decencia y la dignidad. Quisiera que todos nos dediquemos a hacer realidad este mandato, en un sentido de urgencia y responsabilidad. Debemos hacer lo que la gente espera de nosotros", agregó.
Además, destacó el liderazgo de los ex presidentes Clinton y Carter.
La investidura de Obama, de 47 años, hijo de un keniano y una mujer blanca de Kansas, marca el punto más alto de los sueños y esperanzas de generaciones de afroamericanos que sufrieron la esclavitud y posteriormente las políticas de segregación racial que los convirtieron en ciudadanos de segunda clase.
El flamante presidente asumió el poder en un momento de gran ansiedad entre los estadounidenses que han visto como en los últimos meses desaparecieron miles de trabajos, lo que los ha dejado temerosos de que un colapso económico podría convertir la crisis en una catástrofe.
Oficio religioso. A primera hora de la mañana, en la primera actividad de su apretada agenda, Barack Obama asistió junto a su esposa Michelle a la Iglesia Episcopal St John´s, conocida como "la Iglesia de los presidentes", donde participó de un servicio religioso privado.
El oficio fue encabezado por el predicador Rick Warren, fundador y pastor principal de la iglesia evangélica Saddleback, en California, quien expresó su oposición a la equiparación legal de la unión de homosexuales con el matrimonio entre un hombre y una mujer.
Obama y su mujer Michelle fueron conducidos en automóvil el corto tramo desde Blair House, la casa de invitados presidencial frente a la Casa Blanca, para presenciar una ceremonia de cerca de una hora. La pareja estaba acompañada por el vicepresidente electo Joseph Biden y su mujer Jill, previo a reunirse para un desayuno en la Casa Blanca con George W. Bush y Dick Cheney.
Un café protocolar. Barack Obama y George W. Bush iniciaron el día de investidura con el tradicional café en la Casa Blanca que ofrece el presidente saliente al nuevo inquilino de la residencia oficial. El flamante mandatario llegó junto con su esposa, Michelle Obama, quien agradeció la invitación con un regalo, envuelto en una caja blanca con un lazo rojo, y que entregó en mano a Laura Bush.
La invitación por parte del presidente saliente es un ritual en la investidura presidencial de Estados Unidos. Después del café, Bush y Obama marcharon juntos en un auto oficial hacia el Capitolio para la ceremonia oficial.
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