Otro escándalo en el impeachment a Dilma
La audiencia en el Senado fue interrumpida tras el fuerte cruce entre varios senadores
BRASILIA (De nuestro corresponsal).- El Senado brasileño adquirió ayer ribetes circenses en plena etapa final del juicio político a la suspendida presidenta Dilma Rousseff .
Después de los cruces de acusaciones e insultos en la primera sesión de la fase definitiva del proceso de impeachment, senadores del Partido de los Trabajadores (PT), de Dilma, y del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del presidente interino Michel Temer, subieron el tono de sus agravios tratándose de estúpidos y canallas, enfrentamientos que obligaron al titular del Supremo Tribunal Superior, Ricardo Lewandowski, que preside las audiencias, a convocar a un receso y exhortar a la calma.
"Este juicio político se ha convertido en un manicomio", llegó a afirmar el presidente del Senado, Renan Calheiros, del PMDB, cuando intentaba rebatir las críticas esgrimidas el día anterior por la senadora petista Gleisi Hoffmann, que había asegurado que la Cámara alta no tenía autoridad moral para juzgar a Dilma.
Hoffmann se había referido a la gran cantidad de senadores -24 de 81- que tienen acusaciones o están siendo investigados por la Justicia, pero omitió recordar que ella es una de esos legisladores sospechados por haberse beneficiado del esquema de corrupción en Petrobras. Calheiros buscó callarla y hasta se le escapó que gracias a él se detuvo una orden de allanamiento en la casa de Hoffmann el mes pasado.
Sólo después del intervalo decretado por Lewandowski las sesiones pudieron continuar con cierta tranquilidad. Luego de que anteayer, hasta la madrugada, fueron escuchados los dos testigos de la parte acusatoria (uno de ellos rebajado a la calidad de informante por presentarse pruebas de presunta parcialidad), ayer fue el turno de los testigos de la defensa.
Fueron llamados a declarar el economista Luiz Gonzaga Belluzzo y el profesor de Derecho de la Universidad Federal de Río de Janeiro Geraldo Prado.
Gonzaga Belluzo indicó que Dilma no había violado la ley de responsabilidad fiscal para esconder el déficit en los últimos dos años, sino como parte de un plan de contingencia para mantener el nivel de gastos frente a la reducción de ingresos por la crisis internacional.
"Remover a la presidenta Dilma con base a esas argumentaciones es un ataque a la democracia", afirmó a tono con la narrativa de "golpe" que los petistas buscan imprimir en este proceso de impeachment.
LA NACION